La aceitera de Molinos SA ubicada en Uriburu y Francia mantiene con sus trabajadores un conflicto de larga data, consecuencia de los reiterados reclamos incumplidos de pase a planta permanente de los 45 contratados que están en esa condición desde hace tres años, y de aumento salarial. El pedido que los trabajadores formularon a los directivos en los últimos seis meses apunta a incrementar los salarios en 600 pesos para todas las categorías, pero hasta la fecha no recibieron respuesta satisfactoria. A las 22 del día de ayer venció la conciliación obligatoria impuesta por la Secretaría de Trabajo de la provincia y los empleados volvieron al paro total de actividades, medida que, según se anunció, se extendería hasta las 22 de mañana jueves. Pero esta tarde el conflicto se agravó tras el despido de un obrero del sector Materias Primas, con diez años de antigüedad. "Esto demuestra que no tienen ninguna intención de dialogar con nosotros", dijo el delegado del personal Walter Nardi, y explicó que el telegrama recibido por su compañero "no esgrime ninguna causal de despido. Dice simplemente que prescinden de sus servicios y que la indemnización está a disposición suya". Los 195 trabajadores efectivos, además de los contratados, se declararan a partir de ahora en estado de asamblea permanente y reforzaron la protesta con manifestación y quema de cubiertas en las puertas de la empresa.