La gira con amistosos por la costa uruguaya no terminó bien para Newell’s, con un amistoso ante Peñarol que, lejos de estrechar lazos de cordialidad, concluyó con una dantesca escena de trompadas entre ambos equipos. Por eso, y más allá de la amabilidad de los anfitriones de la Lepra en Piriápolis, el plantel tomó con buen ánimo el regreso a Rosario.

“Ya está, son cosas que pueden pasar en este tipo de partidos”, señaló el capitán Rolando Schiavi en Radio 2. “¿Para qué íbamos a seguir? Los ánimos estaban muy calientes y acordamos dejarlo así”.

El referente del equipo de Sensini no consideró negativa la estadía en Uruguay, independientemente del triste final: “No creo que haya sido negativa, sirvió para entrenar y para ir formando el grupo que va a jugar el campeonato”, aseveró.

El tesorero Jorge Ricobelli, uno de los tantos dirigentes que acompañó a la delegación en el Campus, intentó llevar tranquilidad para Rosario: “Fue todo muy feo, pero ahora está todo controlado y todos los hinchas de Newell’s que llegaron aquí están bien, incluso un micro que no pudo llegar a horario”.

Llamó la atención que en este amistoso, con más de 3.000 hinchas en la cancha, no haya habido una nutrida presencia policial. Los efectivos llegaron después de los incidentes, y recién allí el micro con los jugadores y el cuerpo técnico pudo retirarse del lugar.

El plantel regresó en vuelo chárter a Rosario desde el aeropuerto de Punta del Este y este lunes retornará a los entrenamientos en el predio de Bella Vista, esperando el comienzo del campeonato, que podría retrasarse una semana.