La ANMAT elaboró en una serie de recomendaciones entre las que se destaca que se deben usar repelentes químicos de seguridad y eficacia siempre acordes a la edad de los niños. Lo recomendable es consultar al médico previo a la elección y aplicación de un repelente de insectos a fin de que indique en lo que respecta a la cantidad a ser aplicada del producto, la frecuencia e inclusive la forma recomendable (por ejemplo si es mejor en crema u otras formas). Para bebés menores de 6 meses consultar al médico respecto a que sistema o producto utilizar.

También se aconseja evitar la aplicación de repelentes químicos cerca de los ojos, nariz, y boca, y en especial en los niños más pequeños también en las manos (tienden a llevarse las manos a la boca). Debe ayudar al niño en la aplicación del repelente. Los niños más grandes también deben ser supervisados cuando utilicen estos productos.

Tampoco aplicar sobre quemaduras, heridas o piel irritada. En la cara no aplicar el producto directamente: primero se debe colocar una pequeña cantidad en las manos y luego colocárselo en el rostro.

Además, consigna el organismo estatal, se debe utilizar “sólo la cantidad suficiente como para aplicar en zonas de piel expuesta y por fuera de la ropa, ya que utilizar más cantidad no lo hace más efectivo”.

No se deben manipular alimentos después de aplicarse o aplicar un repelente sin antes haberse lavado las manos. Y en caso de contacto con los ojos lavarlos inmediatamente con abundante agua.

Asimismo, si se experimenta una erupción de la piel u otros síntomas que piense que fueron causados por usar un repelente, hay que dejar de usar el producto, lave la zona afectada con agua y jabón, y póngase en contacto con el médico o con un centro de control de envenenamientos local. Si acude al médico, lleve el producto con usted para mostrárselo.

Antes de adquirir un repelente, siempre resulta conveniente consultar su rótulo. Allí deben estar contenidos los siguientes datos, cuya ausencia puede revelar que el producto es ilegítimo.

Se encuentran disponibles en el mercado distintos repelentes que contienen aceite de Citronella en las concentraciones de 2% y 3% y DEET (sustancia química conocida como dicloro difenil-tricloroetano) en las concentraciones de 7% al 30% (máxima concentración permitida para uso en repelentes cosméticos).

La principal ventaja de la Citronella es su baja toxicidad, alta tolerancia y agradable olor, que lo posiciona incluso como ingrediente principal en esencias utilizadas, con el mismo fin, como aromatizantes ambientales en inciensos, velas, o aceites. Como repelente de uso personal es usado también en las denominadas pulseras, aunque tiene una eficiencia limitada en cuanto al área de protección.

En el caso de la DEET, a mayor concentración presentan un mayor tiempo de protección: Por ejemplo, alrededor del 10% de concentración ofrece una duración promedio de 2 horas y alrededor de 24% de concentración ofrece una duración promedio de 5 horas.

A la hora de usar repelentes que contengan DEET, es conveniente recordar que puede disminuir la protección solar ofrecida por los protectores. Es importante además, no utilizar productos que combinen, en uno solo, toluamida con un Protector solar, debido a que las instrucciones de uso de cada uno son diferentes.

Fuente: Telam