La apnea del sueño es un trastorno en el que una persona, mientras duerme, realiza 1 ó más pausas en la respiración o tiene respiraciones superficiales. Las pausas pueden durar entre unos pocos segundos y varios minutos, y a menudo ocurren entre 5 y 30 veces por hora. Habitualmente, la respiración se restituye mediante ronquidos fuertes o con un sonido parecido al que una persona hace cuando se atraganta.

Por lo general, la apnea del sueño -muy relacionada al sobrepeso y la obesidad, aunque también a los problemas respiratorios- es una patología crónica que altera profundamente la calidad del sueño.

Ocurre que al interrumpirse la respiración, la persona pasa de un sueño profundo a uno liviano. Esto, sin dudas, influye en el día siguiente debido a la sensación de cansancio que se genera y que puede ocasionar accidentes domésticos, laborales o de tránsito que pongan en riesgo la vida de la persona afectada pero también la de los demás. Es por eso que los especialistas hacen foco en la detección precoz de esta patología.

"El sueño es una necesidad básica del organismo. Por eso, cuando disminuye el tiempo o bien el descanso no resulta reparador aparecen síntomas diurnos como somnolencia, cansancio y también disminución del rendimiento intelectual. Sin embargo, también se advierte una alteración de los reflejos que se asocia al incremento de accidentes, tanto de tráfico como domésticos o laborales", expuso la doctora Ada Toledo, de la Sección Sueño de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y presidenta del Segundo Curso Taller Internacional Trastornos Respiratorios durante el Sueño y VMNI 2012.

"El ronquido, que es otro síntoma de mal dormir, es en muchos casos la señal de alerta de la enfermedad conocida técnica y formalmente como Síndrome de Apneas Hipopneas Obstructivas del Sueño (SAHOS), que en la actualidad afecta al 4 por ciento de la población. Los pacientes que padecen esta alteración se caracterizan por roncar todas las noches y suelen intercalar el ronquido con pausas de entre 10 segundos y 1 minuto de duración llamadas apneas", agregó la especialista.

Más allá de los ronquidos y las pausas, los síntomas de que algo puede estar pasando son la sensación de levantarse cansado como si no se hubiese dormido lo suficiente, el incremento en la cantidad de horas que es necesario dormir para no sentirse tan cansado, el sentir sueño durante el día, el bostezar o quedarse dormido mirando televisión, leyendo, conversando, en una reunión e inclusive manejando, la sequedad bucal matinal, los dolores de cabeza, y la necesidad de orinar varias veces durante la noche.También es posible advertir cambios en la memoria o la capacidad para concentrarse, así como también irritabilidad.

"Una vez que el paciente advirtió ciertos signos, existen estudios mediante los cuales es posible detectar la enfermedad. Entre éstos, se cuentan la polisomnografía -un examen indoloro- a través del cual el médico determinará el diagnóstico e implementará el tratamiento que en la mayoría de los casos está compuesto por diferentes aristas entre las cuales se cuentan el descenso de peso -debido a la relación de esta patología con la obesidad y el sobrepeso pero también con la diabetes y la hipertensión- la desestimación de los sedantes e inductores del sueño, pero además el descarte de hábitos nocivos como la ingesta de bebidas alcohólicas o estimulantes y el tabaquismo", comentó la doctora Toledo.

Fuente: Pro Salud News