Hay al menos dos verdades populares en torno al casino: una es que su maquinaria está diseñada para no perder y la otra señala que los jugadores, mientras más necesitados están, más apuestan y pierden. Con un estudio realizado en Melincué, localidad donde se inauguró el primero de los casinos en Santa Fe, el diputado nacional Fabián Peralta buscó datos certeros sobre la incidencia de la sala de juegos en la población y encontró que el 73 por ciento de los encuestados dicen que el casino cambió los hábitos de los ciudadanos de la zona.

El trabajo –300 encuestas domiciliarias realizadas a hombres y mujeres mayores de 18 años de las localidades de Labordeboy, Bombal, Elortondo y Carreras– señaló trambién que el 44,8 por ciento afirma que esos cambios fueron negativos.

Además, el 82,8 por ciento de los encuestados conoce a alguna persona que asiste habitualmente al casino, y casi siete de cada diez este grupo, asegura que dichas personas concurren diariamente. El 37,7 afirma conocer a alguna persona que se ha perjudicado a nivel económico o familiar por la presencia del casino.

Peralte, en su carácter de presidente de la comisión de Prevención de Adicciones y Control del Narcotráfico, aseguró que “el Estado debe concientizar a la población sobre la ludopatía, que es un problema de salud grave; y que detrás de la imagen de progreso, confort y lujo que se muestran en los casinos sus consecuencias pueden convertirse en verdaderos dramas”. Algo similar planteó meses atrás el gobernador Hermes Binner. 

El legislador nacional santafesino del partido GEN (de la ex radical Margarita Stolbizer) expresó a través de un comunicado que “los comerciantes de esas localidades refieren a la escasez de circulante de dinero y al deterioro de las cadenas de pagos en los propios comercios”.

“Nosotros suponemos que el casino de Rosario no es, ni va a ser, la excepción. No alcanza con los programas de juego responsables. El Estado debe ser mucho más agresivo con esta problemática”, dijo el diputado santafesino.

“Hoy por hoy las salas de juegos obtienen grandes ganancias, tienen concesiones por muchísimos años, no tributan de acuerdo a sus ganancias y no se hacen cargo de los trastornos de salud que ocasionan”.

Ludópatas en potencia

El legislador del GEN hizo referencia a estudios realizados en otros países que arrojan que entre el 2 y 3 % de los habitantes mayores de 18 años sufre directa o indirectamente trastornos por el Juego, “lo que implicaría que entre 20 mil y 25 mil habitantes del gran Rosario son potenciales ludópatas”.

El legislador había realizado en el mes de noviembre un estudio en nuestra ciudad que brindó el dato de lo poco que se conoce a la ludopatía como enfermedad, al respecto declaró que “es muy significativo que más del 50% de los encuestados no sepa qué es la ludopatía, y con ese porcentaje nos convencemos aún más de que hay que generar campañas preventivas para alertar a los ciudadanos sobre esta adicción”.
 
La ludopatía es considerada una enfermedad por la OMS desde 1992 y es definida como un trastorno caracterizado por episodios repetitivos y frecuentes de participaciones del individuo en juegos de apuesta. “Sabemos que las consecuencias para el jugador y su familia son devastadoras desde el punto de vista laboral, social y humano”, concluyó el legislador del GEN.