Luciano Mellera, Juan Barraza y Guillermo Selci presentan el espectáculo de stand up Distintos, este viernes, a las 21,  en la sala Mateo Booz, San Lorenzo 2243.

En la apuesta, los tres comediantes hilvanan sus monólogos en un mismo escenario, aunque cada uno con su propio recorte de lo cotidiano. De allí, el nombre del espectáculo, al que definen como “stand up puro”: "No hay sketch ni canciones".

“Tenemos tres estilos bien distintos que se manifiestan en la personalidad escénica. Y debajo de escenario también”, asegura Guillermo Selci, en diálogo con Rosario3.com.

“Juan (Barraza) es más catedrático y simple; mientras que Lucho (Melera) suma un humor lisérgico e infantil a la vez. Mientras que yo transito el costado  más oscuro”, completa el humorista.

Así califica su “presente” –porque aclara que no siempre fue así, sino que “son épocas”– y que es consecuencia de “la carrera de hacer humor”.

“Si estás siempre en el mismo camino, la misma carrera te pide que saltes, que no te quedes en un lugar acomodado”, amplía el hombre que se apuntó como cantante en sus comienzos.

La huída de la zona de confort implicó para Selci intervenir sobre tópicos nada insulsos: aborto y discapacidad, entre otros.

“Me inquieta cómo funciona el morbo. Me divierte quien se sensibiliza con una situación, como una explosión que dejó 100 muertos en alguna parte del mundo, pero, y al mismo tiempo, quiere más, porque total es lejos”, explica.

En modo alguno es humorista cuestiona “las barbaridades que se piensan” porque, asegura. “las fantasías son libres”: “Pero no por eso las vamos a concretar, ¿se entiende?”.

“Está bueno caminar por ahí y esto no implica burlarse de la víctima. Creo que el humor no es rechazo ni discriminación, sino que te permite hablar de eso. No se trata de agredir, sino de contar lo que le pasa a esta otra persona, no silenciarlo”, esgrime.

El stand up, como género, reconoce en su interior distintos estilos pero, tal como señala Selci, es la “cadencia” de quien dice y no tanto lo dicho lo que cuenta.

En esa mirada del mundo, quien recorta es siempre quien la cuenta. Y, así como  “la actitud es el alma del monólogo”, el público y los espacios terminan de organizar el repertorio.

“No es lo mismo plantarse en un sótano para veinte personas que en el prime time de la calle Corrientes. Lo mismo ocurre con el público, quien te viene a ver a las 21 y a las 23. Decodifican distinto. Y eso lo ves con un pie en el escenario”, apunta Selci.