Familiares de las casi 400 víctimas del incendio de un supermercado paraguayo en 2004 reaccionaron este martes violentamente tras conocer la sentencia de un tribunal, que declaró culpables de homicidio culposo (el delito más leve) a los dueños y a un guardia de ese comercio.

La tragedia, que ocurrió el primero de agosto de 2004 en Asunción, terminó con la vida de 364 personas y dejó además cientos de heridos. Una de las hipótesis, que es la que impulsan los familiares de víctimas y la Fiscalía, señala que los dueños habrían obligado a cerrar las puertas del supermercado tras desatarse el incendio para evitar que la gente saliera con mercadería que no hubiera pagado. Pero el tribunal no encontró pruebas en este sentido.

En ese marco, con el voto en disidencia de uno de sus miembros, el tribunal consideró culpables a Juan Pío Paiva, a su hijo Víctor Daniel Paiva y al guardia Daniel Areco del delito de "homicidio culposo", castigado con una pena de hasta cinco años de cárcel.

Esta decisión provocó la airada reacción de las víctimas y familiares presentes, quienes arrojaron muebles, extingidores y todo tipo de objetos contra los policías que resguardaban el polideportivo de una unidad militar de Asunción donde se celebró el juicio. Es que la Fiscalía había solicitado una condena por "homicidio doloso", con penas de hasta 25 años, la máxima de la legislación paraguaya.

La presidenta del tribunal, María Doddy Báez, votó en minoría por una condena contra los tres principales acusados por "homicidio doloso en grado de eventualidad", pero los otros dos magistrados tipificaron el delito de "homicidio culposo".

Antes de terminar su exposición, el juez Miguel Aguirre, quien junto al voto de Elio Ovelar determinó la condena más leve, decenas de víctimas y familiares rompieron el cordón de seguridad y obligaron a los miembros del tribunal a refugiarse en un sector del local.

Otros cuatro socios comerciales del supermercado Ycuá Bolaños también están procesados por el delito de "exposición de personas a lugar de trabajo peligroso", pero los incidentes impidieron que el tribunal anunciara el fallo sobre estos acusados.

A los gritos de "Asesinos, asesinos", las víctimas de la peor tragedia civil de la historia de este país amenazaron con "hacer justicia por manos propias" y acusaron a los miembros del tribunal de haber sido sobornados por los acusados.

"Nos advirtieron siempre de que íbamos a perder por dos a uno", afirmó el médico Roberto Almirón, de una de las organizaciones de víctimas y familiares, quien perdió a un hijo adolescente en el incendio.

Los acusados fueron retirados del lugar en medio de una fuerte custodia policial, mientras que la presidenta del tribunal, María Doddy Báez, anunció que la audiencia proseguirá, probablemente, a puerta cerrada en los próximos días.

Por otro parte, grupos de víctimas y familiares prosiguen sus protestas en los alrededores del polideportivo del Comando Logístico de las Fuerzas Armadas, donde se celebraron las audiencias del juicio durante poco más de cuatro meses y que sufrió amplios daños en sus instalaciones.

Fuenet: EFE