Ezeiza en doble alerta. Primero, una amenaza de bomba demoró la salida de un vuelo y después llegó la noticia de que un pasajero con equipaje sospechoso (en el que habría elementos explosivos) que partió el jueves de Argentina haría sido detenido al llegar a destino. Aunque las dos alarmas resultaron ser falsas, causaron bastante revuelo en la terminal aérea.

Pasado el mediodía se recibió un llamado anónimo en el conmutador de la terminal aérea que indicaba que había explosivos en un avión a punto de partir. El vuelo, de la empresa Copa y que tenía como destino a Panamá, fue demorado. En la nave que fue demorada al mediodía, propiedad de Copa Airlines, iban cerca de cien personas con destino a la ciudad de Panamá. Pocos minutos antes de la partida, la policía aeronáutica notificó al piloto de la situación y se abortó el despegue. El avión fue luego enviado a un lugar llamado "Zulú", que en la práctica es el lugar de cabecera de la pista, bastante lejos de los espigones de los vuelos comerciales. Los pasajeros fueron revisados, uno a uno, con una máquina de rayos X. También era la intención revisar la carga.

Pasadas las cuatro llegó la otra novedad: un pasajero norteamericano que salió ayer del aeropuerto con rumbo a Houston, Estados Unidos, haría sido detenido al llegar a destino porque se le habría encontrado en su equipaje una botella de Coca Cola con barro y explosivos adentro (nitrato de amonio, dinamita y un detonador). Autoridades de Ezeiza aseguraron que el norteamericano había entrado al país por tierra, aparentemente desde Perú o Bolivia. Pero no sabían si había embarcado en Ezeiza o si había hecho trasbordo desde Montevideo.

Sin embargo, pasadas las 17 la policía norteamericana brindó otro parte a los medios. Aseguró que aunque los explosivos habían sido detectados por perros entrenados, en una revisión posterior se comprobó que en realidad no había materiales peligrosos en el equipaje, por lo que el vuelo continuó hacia su destino final, que era Nueva York. El pasajero explicó que se dedica a la minería y que es habitual que manipule el tipo de material encontrado en su equipaje. Y argumentó que es probable que la reacción del perro entrenado para detectar bombas fuera provocada por residuos en su ropa dentro de la maleta.