En 2006 se promulgó la Ley de Educación, que indica que las escuelas primarias y públicas del país deben ofrecer, al menos, una jornada extendida de seis horas de clase diariamente. Sin embargo, la norma no llega a cumplirse como se esperaba, ya que sólo el 9,7% de ellas brinda la posibilidad de la doble escolaridad, al tiempo que el 6% de los estudiantes se ve beneficiado por esta modalidad.

Según los datos, el 80% de los menores de edad que pertenecen a sectores bajos o muy bajos no realiza actividades fuera de la escuela, por lo que "para ellos no existe otro espacio de estimulación pedagógica, artística o deportiva que la escuela", explicó Ianina Tuñón la directora de Estudios sobre la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Este dato fue confirmado por el Ministerio de Educación, el cual indicó que "la doble escolaridad resulta básicamente un servicio que prestan los colegios privados. Salvo en la Ciudad de Buenos Aires, es baja la oferta estatal al respecto. En especial en las zonas donde vive la población más vulnerable".

Juan Carlos Tedesco, ministro del área, señaló: "Si bien la cuestión de infraestructura resulta clave, aplicar esta modalidad requiere invertir además en equipamiento y capacitación docente. Porque la idea no es que los chicos pasen más tiempo en la escuela como si fuera una guardería, sino que ese plus sirva para que adquieran nuevos conocimientos, como un segundo idioma o el uso de las nuevas tecnologías”.

Sin embargo, la cartera de Educación espera que para el 2010 el 30% de la población total de alumnos tenga doble escolaridad. Tedesco admitió que son los sectores vulnerables de la población "los que tienen prioridad" en el programa. "En esta primera etapa, además, nos centramos en aplicar la doble escolaridad en los 6° y 7° grado de la primaria, una manera de articular y reducir en los chicos el impacto que significa el traspaso a la secundaria".