Otro boom rosarino: la donación de órganos. A la designación de un hombre de la ciudad, Mario Perichón, para diagramar las políticas nacionales en ese área, se suma ahora la novedad de que los estudiantes de medicina cada vez más eligen como materia optativa “Donación y trasplante de órganos”.

“El objetivo de la materia es que los futuros médicos se informen y adquieran conocimientos para la práctica cotidiana, ya que como profesionales de la salud tienen responsabilidad legal respecto del tema”, explica la psicóloga Alejandra Rigali, una de las docentes a cargo de la cátedra. Para graficar la importancia de que los estudiantes se interioricen en el tema, recuerda que “por ley, los médicos están obligados a informar al Incucai cuando se presenta un órgano para un posible trasplante”. De hecho, si no lo hacen pueden ser sancionados y multados.

Pero el legal no es el único aspecto relevante, también es necesario que los profesionales que se enfrentan con estos casos sepan cómo tratar a las familias, cómo relacionarse con el paciente, comunicar una mala noticia, o contener a un ser humano en situaciones extremas, algo que hasta hoy en la carrera de Medicina no está contemplado.

La materia se llama “Donación y trasplante de órganos. Enfoque médico-social”, es optativa, cuatrimestral y comenzó a dictarse con modalidad de seminario en julio de 2005. Entonces los inscriptos fueron 90 alumnos que cursan el quinto año de la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de Rosario, pero en el primer cuatrimestre de este año, los aspirantes a ingresar se triplicaron y cuando alcanzaron los 280 debieron cerrar la inscripción por imposibilidad material de reunir a tanta gente en un mismo curso (hay una sola comisión para todos los alumnos).

Los alumnos de Medicina deben cursar como parte de la carrera una serie de materias opcionales, y ellos eligen libremente cuál prefieren. En este caso, la tendencia es más que clara.

La cátedra sobre donación y trasplantes está integrada por dos profesionales, el doctor Omar Pisinis y la psicóloga Alejandra Rigali, además de invitados especializados en cirugía, nefrología, cardiología y otras disciplinas.

“Los alumnos han demostrado mucho interés por los contenidos y por la práctica”, asegura Rigali, y agrega que "participaron espontánea y voluntariamente en campañas de difusión sobre la donación de órganos". También quieren participar de los operativos de trasplante, algo más dificultoso de implementar, pero aún así la cátedra evalúa permitir la participación en algunas áreas como mantenimiento hemodinámica y cirugía.

“Apostamos a la educación y a la información –dice convencida la docente– para que mejore el trato entre pacientes y médicos y para que la sociedad vaya perdiendo el miedo a la donación y a los trasplantes".