Dos hermanas denunciaron en un juzgado provincial y en la comisión de Derechos Humanos del Concejo Municipal una serie de agresiones que sufrieron en la noche de  la C asa del Bajo en Costello.

 

En contacto con Radio 2, María Victoria Ayala, una de las chicas violentadas, contó que el problema comenzó cuando su hermana "quiso retirar una prenda del guardarropas y ahí mismo le negaron el abrigo y empezaron a maltratarla”.

 

“Siempre salimos y vamos a esos lugares pero nunca habíamos pasado por eso. Cuando Valeria, mi hermana, quiso retirar su ropa no la dejaron y aún con una multitud sobre ella que iba a retirar sus abrigos le quitaron el número y le dijeron que se lo darían al final de todo”, relató María Victoria.

 

En ese momento, la joven entró en un crisis de llanto y desesperación y junto con su hermana pidió que se llame a la policía para resolver el conflicto pero todos los intentos fueron inútiles. “Recién cuando todos se habían ido y quedamos solo nosotras y los empleados de seguridad del local, mi hermana en medio del llanto seguía reclamando por su ropa un señor mayor a cargo del ciudado de las prendas le dio un golpe con el puño cerrado en la cabeza”, explicó María Victoria.

 

La denuncia de las hermanas por la agresión del personal de seguridad de Costello quedó asentada en el juzgado correccional a cargo de Eduardo Costa y también en la comisión de Derechos Humanos del Concejo Municipal.

 

En tanto, María Victoria agregó que su hermana antes de este violento episodio padecía una depresión y después del hecho su estado empeoró. “Ella está realmente mal psicológicamente, actualmente es atendida por psicólogos y psiquiatras y le tuvieron que aumentar la dosis de medicamentos”, señaló María Victoria.

 

Por último, agregó que luego de lo ocurrido fueron discriminadas en ese y otros boliches propiedad de los mismos dueños. “Esto no nos pasa sólo a nosotras, ahora podemos verlo con mayor claridad, pero en los lugares bailables está siempre presente la agresión a los jóvenes, se ven muchas irregularidades. Pero son muy pocos los que las denuncian”, concluyó María Victoria.