El empresario Alvaro Noboa se perfilaba este domingo a la noche como ganador de las elecciones presidenciales de Ecuador pero sin poder evitar el ballotage, en el que deberá enfrentarse el 26 de noviembre próximo al candidato izquierdista Rafael Correa.

A poco más de tres horas de terminados los comicios y cuando se había escrutado 39 por ciento de los sufragios, Noboa reunía 26,76 por ciento de los votos contra 22,65 por ciento de Correa, según los resultados del recuento preliminar publicados en el sitio del Internet del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Ecuador.

Noboa se había impuesto ajustadamente en las encuestas de boca de urna de tres empresas privadas y había comenzado segundo en el recuento preliminar oficial, pero luego se colocó al frente, aunque al principio por un punto porcentual de diferencia sobre Correa.

Cerca de 9.200.000 ciudadanos concurrieron a las urnas. Las elecciones reservan, para quien resulte ganador y asuma el 15 de enero, el desafío de poder completar un mandato de 4 años, algo que en el país no se cumplió en la última década.

Son 13 los postulantes inscriptos para pelear por la jefatura del Estado, aunque también estaban en juego 100 diputaciones, 5 plazas para el Parlamento Andino y concejalías y consejerías comunales, que los ecuatorianos votarán en 36.600 mesas.

Todos los analistas y las últimas encuestas predecían una segunda vuelta, en la que el izquierdista Rafael Correa parecía tener asegurado un lugar, mientras persistían las dudas sobre si la otra boleta de ese ballotage será la del populista Álvaro Noboa o la del socialista León Roldós.

Los comicios fueron mirados con atención por países vecinos, porque definen si Ecuador se suma a la "ola izquierdista" que abrieron el venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales, o elige la "vía centro-moderada" que encarnan el colombiano Álvaro Uribe y el peruano Alan García.

Correa, candidato de la Alianza País, representa una suerte de izquierda antisistema: se declara amigo de Hugo Chávez, planea una Asamblea Constituyente que disuelva al Congreso -por eso ni lleva candidatos a diputados- y rechaza un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.

Católico, de 43 años y con un breve paso por el Ministerio de Economía, Correa despierta simpatías entre los desencantados de la política y, consecuentemente, genera alguna alarma en sectores empresariales, temerosos de cambios radicales.

Noboa, en tanto, el empresario más rico del país, es postulado por el Partido Renovador Institucional de Acción Nacional, con el que buscará por tercera vez la presidencia. En las dos anteriores llegó al ballotage, pero perdió.

El magnate bananero, dueño de un centenar de empresas, que agita el fantasma de la izquierda y basó su campaña en un impresionante reparto de alimentos, medicamentos y hasta dinero, creció en las encuestas hasta alzarse con serias chances de llegar otra vez a la segunda vuelta.

Las elecciones eran claves también para analizar el futuro de la economía de un país pleno de paradojas: tiene muchas riquezas y grandes sectores de la población es pobre, vive un boom de consumo pese los precios dolarizados y los salarios bajísimos y no existe prácticamente salud y educación gratuita.