Eduardo Trasante es un hombre de fe, para él “nada es casualidad”. A poco de cumplirse el segundo aniversario de la muerte de su hijo Jeremías en enero pasado, perdió en febrero a su hijo Jairo. Ambos de forma violenta: el primero fue una de las víctimas del Triple Crimen de Villa Moreno de 2012; y el segundo falleció al quedar en medio de una balacera a la salida de un boliche este año. Ahora, ante los repetidos casos de linchamientos, apeló nuevamente a Dios. Un mensaje que se contradice a muchos de los que afloraron en los últimos días en defensa de la justicia por mano propia, pero con la fuerza de quien conoce lo que es una pérdida. “Sumar para recuperar la paz que la ciudad ha perdido”, dijo.

En diálogo con A Diario, el programa que conduce Alberto Lotuf por Radio 2, Trasante se refirió al caso de David Moreira, el muchacho que murió la semana pasada luego de que dos personas lo molieran a patadas por, supuestamente, robarle la cartera a una mujer con su pequeño bebé.

“Nadie tiene derecho a morir de forma abrupta y violenta como ha pasado con ese joven”, señaló el pastor quien sostuvo que vivimos “en un tiempo desafiante”, donde los ciudadanos parecen querer “recuperar el poder que en un momento se le entregó a otro, confiando en su capacidad (…) para que nos aseguren una justa justicia”.

“La gente se ha cansado de esperar por respuestas”, llamó la atención y advirtió que si no se toman cartas en el asunto, se puede producir “un mal efecto dominó”. “Empezó en Rosario, y sigue con otras provincias. Temo que continúe increscendo”, dijo Trasante.

Con todo, señaló que, pese a la inseguridad que vive la ciudad, no hay que dejar que el conflicto nos deje ciegos. No confundir justicia con venganza. “Tratar de mantener el corazón con equidad”, recomendó.

“Por los que ya no están, nada podemos hacer, por los demás seguimos caminando. Hay que sumar a que haya un cambio estructural que nos permita recuperar la paz que la ciudad ha perdido”, concluyó.