21 DE ABRIL
1946. En la localidad de Sao Jerónimo, cercana a Porto Alegre, en Brasil, nacía Heraldo Bezerra.
Un puntero de los que hoy han desaparecido, hábil, rápido, con quiebre de cintura, centro atrás o remate al arco, adquirido por Newell’s al Cruzeiro de Belo Horizonte en 1968.
Debutó el 10/3/68 ante Estudiantes LP (L) 0-2 cuando a Newell’s lo dirigía su compatriota Roberto Belángero. Rápidamente se ganó la titularidad y su juego plástico y eficaz tuvo el reconocimiento de todo el público futbolero sin distinción de camiseta.
En 1970 con la llegada de Obberti a Newell’s, se completó una delantera, cuya sola mención hace aflorar la nostalgia de todo hincha: Marcos, Obberti y Bezerra. Fue el goleador del equipo en el Reclasificatorio de 1969 con 6 goles en 16 partidos.
De los 32 goles convertidos, ninguno de penal, marcó 10 goles de cabeza, lo que pone de manifiesto otra de las virtudes del brasileño poco recordada: su buen juego aéreo. A mediados de 1971 es adquirido por el Atlético de Madrid, convirtiéndose en ídolo de los colchoneros.
Regresó a Argentina en 1977 para jugar en Boca. Apenas lo pudo hacer en 2 partidos, ya que en la madrugada del 14/3/77 murió en un accidente automovilístico ocurrido en la ruta que une Buenos Aires con Rosario, a la altura de Campana.
1946. En la localidad de Sao Jerónimo, cercana a Porto Alegre, en Brasil, nacía Heraldo Bezerra.
Un puntero de los que hoy han desaparecido, hábil, rápido, con quiebre de cintura, centro atrás o remate al arco, adquirido por Newell’s al Cruzeiro de Belo Horizonte en 1968.
Debutó el 10/3/68 ante Estudiantes LP (L) 0-2 cuando a Newell’s lo dirigía su compatriota Roberto Belángero. Rápidamente se ganó la titularidad y su juego plástico y eficaz tuvo el reconocimiento de todo el público futbolero sin distinción de camiseta.
En 1970 con la llegada de Obberti a Newell’s, se completó una delantera, cuya sola mención hace aflorar la nostalgia de todo hincha: Marcos, Obberti y Bezerra. Fue el goleador del equipo en el Reclasificatorio de 1969 con 6 goles en 16 partidos.
De los 32 goles convertidos, ninguno de penal, marcó 10 goles de cabeza, lo que pone de manifiesto otra de las virtudes del brasileño poco recordada: su buen juego aéreo. A mediados de 1971 es adquirido por el Atlético de Madrid, convirtiéndose en ídolo de los colchoneros.
Regresó a Argentina en 1977 para jugar en Boca. Apenas lo pudo hacer en 2 partidos, ya que en la madrugada del 14/3/77 murió en un accidente automovilístico ocurrido en la ruta que une Buenos Aires con Rosario, a la altura de Campana.


