El Barcelona salió vivo del Coliseum en un partido que nunca mereció empatar ante un Getafe que anuló durante muchas fases del partido a los hombres de Frank Rijkaard, que no pudieron auparse al liderato de la Liga y que salvaron un punto gracias a un gran tiro libre de Xavi.

En un partido correspondiente a la 17ª jornada del campeonato, Bernd Schuster leyó el partido a la perfección. El Barcelona, sin Ronaldinho ni Deco no tenía a dos de sus jugadores clave y eso lo sabía el técnico alemán del Getafe. Xavi e Iniesta se convertían en el timón blaugrana y Schuster los anuló poniendo a tres mediocmpistas que asfixiaron la salida de la pelota del visitante.

Con Casquero, Vivar Dorado y Celestini, el Getafe se hizo dueño del balón y los tres rompieron el partido en los primeros minutos. En situaciones normales el juego de ida y vuelta suele verse en los minutos finales de un choque, cuando dos equipos están desesperados; en esta ocasión, desde el primer suspiro, los hombres de Schuster dieron vida al partido.

El segundo tiempo no trajo novedades en ninguno de los dos equipos. Schuster y Rijkaard apostaron por los mismos jugadores y el alemán ganó la partida. Los catalanes parecían conformarse con el empate, pero esa actitud no la sufrían los jugadores del Getafe, que salieron a por el partido desde el primer minuto del segundo periodo.

Tuvo que ser Güiza, algo desacertado en sus últimos partidos, quien levantara de sus asientos a la numerosa hinchada local, que casi hace historia al estar a punto de llenar el Coliseum por primera vez en su historia. El jerezano supo resolver un mano a mano con Víctor Valdés y elevó el 1-0 al marcador, que alejaba al Barcelona del liderato.

Rijkaard reaccionó rápido. Saviola sustituyó de inmediato a Ezquerro, desaparecido durante todo el partido. El cambio sólo surtió efecto durante diez minutos, en los que parecía que el Barcelona podía coger las riendas del partido. Esos instantes de lucidez fueron aprovechados por Xavi, que empató gracias a un tiro libre en el que Abbondanzieri sólo pudo mirar cómo entraba la pelota.

Fuente: EFE