El Instituto Karolinska de Estocolmo ha sido un año más el encargado de dar a conocer al nuevo premio Nobel de Medicina y Fisiología, que este año ha recaído en los descubridores de los telómeros.
Blackburn, Carol W. Greider y Jack W. Szostak, fueron premiados por sus descubrimientos sobre los telómeros y la enzima telomerasa.

Los telómeros son una estructura que protege el extremo de los cromosomas humanos y los protege del proceso de envejecimiento, es decir, se encargan de dar estabilidad a los cromosomas.

A medida que las células se van dividiendo, los telómeros (del griego ’telos’, final; y ’meros’, parte) se van acortando, algo que, por ejemplo, las células cancerosas contrarresatan produciendo una enzima denominada telomerasa, que les permite seguir sobreviviendo.

"Los descubrimientos de Blackburn, Greider y Szostak han añadido una nueva dimensión para la comprensión de la célula, han arrojado luz sobre los mecanismos de enfermedades y han estimulado el desarrollo de potenciales nuevas terapias", ha destacado sobre ellos el Instituto Karolinska.

Se da la circunstancia de que uno de los científicos que descubrieron su existencia allá por los años 30, Hermann Joseph Muller, se hizo con el Nobel en 1946.

Una de las premiadas, Elisabeth Blackburn, 60 de años, es profesora de Bioquímica de la Universidad de California, en San Francisco (EEUU).

Fue elegida por la revista ’Time’ dentro de sus listados anuales de las 100 personas más influyentes del mundo. En 2006 ganó el Premio Albert Lasker de Investigación Médica Básica junto a otro de los ahora premiados (Szostak) y ya en 2007 sonó como una de las candidatas a llevarse el Nobel.

Carol W. Greider (1961), de la Escuela de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins (Baltimore, EEUU), ha trabajado estrechamente con Elizabeth H. Blackburn, una de sus maestras. Se licenció en la Universidad de California (Berkeley), donde comenzó sus trabajos de investigación en 1984.

El día de Navidad de ese mismo año, Greider identificó una nueva enzima, la telomerasa, que era responsable del mantenimiento cromosómico.

Por su parte, el único de los varones en la terna de premiados, Szostak (1952), es considerado uno de los líderes en el campo de los estudios genéticos desde su laboratorio en el Instituto Howard Hughes de EEUU.

Fuente: Télam