Hace dos años que la sala de trasplantes de médula ósea del Hospital de Niños V.J. Vilela no se usa. Desde el gobierno municipal señalaron que "técnicamente" está en funcionamiento y habilitada, pero no ha habido ninguna intervención. Consultada por Radio 2, la subsecretaria de Salud Karen Liljesthröm argumentó que no se la utilizó porque "no ha habido demanda" aunque, según trascendió, ocho pacientes oncológicos rosarinos fueron atendidos en el Hospital Garraham de Buenos Aires.

De acuerdo a un informe publicado por el diario La Capital, en la Casa Garrahan que aloja a los chicos que van a recibir un tratamiento y viven a más de 100 kilómetros de Capital Federal, el año pasado hubo ocho pacientes rosarinos y a 49 del resto de la provincia de Santa Fe.

A pesar de esta información, Liljesthröm aseguró en diálogo con el periodista Luis Novaresio que “la sala está habilitada" pero explicó que "no hubo pacientes que requieran trasplantes de médula en el hospital ni tampoco se han recibido derivaciones de niños que hayan necesitado un trasplante”.

El trámite que requiere un trasplante comienza cuando el médico hace la solicitud al Centro Único de Ablación e Implante de Órganos (Cudaio). Este organismo debe evaluar qué tipo de operación necesita el paciente. Después, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación deriva el caso y además envía el 80 por ciento del dinero que cuesta la intervención.

Consultada acerca de los casos locales atendidos en Buenos Aires, la funcionaria indicó: “Hay oncólogos y hematólogos del Centenario y del Provincial que pudieron haber hecho la derivación al Cudaio”. Sin embargo, no logró responder por qué se ordenaría una operación en Capital Federal cuando existe una sala preparada para tal fin en Rosario: “Es lo que todos nos preguntamos”, sostuvo. Rechazó, sin embargo, la posibilidad de que haya “discriminación” hacia el interior a la hora de practicar trasplantes.

A diferencia de la doctora, el secretario de Salud municipal Luis Dimenza sí ve una práctica discriminatoria y se lanzó contra el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. "Cada caso se estudia y, como hay que subsidiarlo con mucho dinero, la Nación prefiere a los hospitales porteños y a nosotros nos discrimina", apuntó en diálogo con La Capital.

“La realidad es que no tuvimos demandas, no ha habido pacientes”, remarcó Liljesthröm. “Tampoco tuvimos derivaciones”, añadió y reconoció, finalmente, “la necesidad de trabajar en forma más integrada con las autoridades del Cudaio”.