“Dejar de fumar es realmente difícil porque no se trata solamente de una cuestión de fuerza de voluntad, dado que la nicotina produce una adicción, razón por la cual cuando falta comienzan a aparecer numeroso efectos desagradables, que se enmarcan en lo que llamamos ‘Síndrome de abstinencia’. Por otro lado, existen en la adicción al cigarrillo aspectos comportamentales (de hábito) y sociales”, sostuvo el doctor Alejandro Videla, médico neumonólogo del Servicio de Neumonología del Hospital Universitario Austral (HUA) y líder del consultorio de Cesación Tabáquica del mismo centro.

Justamente ese aspecto social hace que, a la hora de abandonar un vicio, el apoyo de familiares, amigos y compañeros de trabajo se vuelva fundamental. “El acompañamiento es muy importante para motivar el intento de dejar de fumar, sobre todo cuando comienzan a aparecer los síntomas derivados de la falta de nicotina. La persona que está intentando abandonar comenzará a sentirse ansioso, deprimido, desconcentrado, irritable, o tendrá cambios bruscos de ánimo e insomnio. Es ahí cuando el apoyo se vuelve indispensable porque ayuda a atravesar mejor esa situación y, por ende, aumentan las posibilidades de éxito”, añadió Videla.

Otros puntos del abordaje de la cesación tabáquica que no deben ser desatendidos son el acompañamiento médico, ya que el especialista será el encargado de establecer y guiar al paciente en la realización de los cambios de conducta que sean necesarios, y la administración de medicamentos.

“Los tratamientos actuales son eficaces y tienen muy pocos efectos adversos. Estas medicaciones se indican según el grado de dependencia de la persona e incluyen nicotina en parches, chicles, caramelos o spray. También se puede recurrir a un antidepresivo o un bloqueante de la nicotina. En cualquier caso es aconsejable que estos fármacos se tomen en el contexto de un tratamiento supervisado”, declaró el especialista.

“Lo primero que podemos hacer es charlar con la persona fumadora para contarle y hacerle saber que estamos preocupados por su salud, al mismo tiempo que le ofrecemos nuestra ayuda para colaborar en el intento de dejar de fumar”, sostuvo.

Esto quiere decir ‘contarles’ que dejar de fumar es posible, que es mucho más fácil con ayuda y que la principal ventaja son los efectos positivos que se pueden advertir casi inmediatamente, tanto en su salud, como en la de los demás y, por qué no, en el bolsillo”, expresó.

Recomendó “evitar confrontar y mostrarse comprensivo y contenedor”: “Hay que hacerle saber a la persona que quiere dejar que si efectivamente toma la decisión, no sólo contará con el apoyo del equipo médico, sino también con el de sus seres queridos que estarán ahí cuando se sienta molesto o irritado”.

“En caso que todo esto sea difícil de llevar a cabo, se puede comenzar ofreciendo una opción que a su vez constituye una especie de ‘traba’: que la persona que fuma lo haga sólo fuera de su casa y en espacios abiertos para evitar ‘molestar’ o dañar a los demás. De esa manera se establece una especie de obstáculo que puede terminar resultando positivo”, concluyó Videla.

Fuente: Hospital Universitario Austral