Casi no hay partido que termine sin que nadie tenga qué reprochar sobre el arbitraje de turno. Algo que siempre ocurrió, pero que en este irregular pero emocionante torneo Apertura parece cobrar más fuerza que otras veces, quizás motivado en una sucesión de errores puntuales y garrafales en algunos partidos, y que los medios no paran de reflejar.
Como si esto fuera poco, una serie de hechos que involucran o afectan al arbitraje por fuera del fútbol en sí mismo colaboran para que los hombres de negro permanezcan por estas horas en el ojo de la tormenta.
Envueltos en una interna gremial interminable, los árbitros también entraron en la onda de la victimización. Tras el desgraciado San Lorenzo-Arsenal por la Copa Sudamericana, Juan Pablo Pompei, del Sadra, rompió todos los códigos y pidió a través de los medios no compartir terna con el asistente Juan Carlos Rebollo, de la Asociación Argentina. Hasta el propio Marcelo Tinelli, desde su ShowMatch, criticó duramente a Pompei por entender que perjudicó a su San Lorenzo querido.
El secretario general del Sadra, Guillermo Marconi, también cargó contra Rebollo y lo acusó, además, de arruinarle la carrera al rosarino Claudio Martín, otro referí de su sindicato.
Pablo Lunati, por su parte, también dejó de lado todo protocolo y embistió contra el ambiente del fútbol al decir que tanto técnicos como jugadores son todos “vigilantes que no tienen códigos”, y desacreditó al periodismo porque, considera, “no conoce el reglamento”.
Daniel Giménez, otro que fue noticia, anunció su retiro luego de ser suspendido por su actuación en la final del Nacional entre San Martín de San Juan y Huracán por el ascenso a primera. El Sargento acordó su desvinculación en 300 mil pesos, cifra que a modo de indemnización le pagará la AFA.
“Es evidente que hay una crisis”
El secretario general de la Asociación Argentina de Árbitros, Jorge Ferro, consideró que los problemas internos entre sus colegas “deberían resolverse en un ámbito interno, de vestuario o mesa de café, sin llegar a los medios”. “Con esta situación, es evidente que hay una crisis. Y marca a las claras una ruptura de códigos y la presencia de situaciones que perjudican más de lo que ayudan a los árbitros”, dijo en diálogo con Alberto Lotuf.
Sobre los tan comentados errores cometidos por muchos jueces en las ultimas fechas del presente torneo Apertura, Ferro –conocido también por denunciar un intento de soborno antes del partido Belgrano-Almagro por el Apertura 2005– coincidió con la idea de que “la televisación de todos los partidos hace que se vean todas las fallas, pero así como hace ver errores muestra aciertos”.
“De modo que esto –por el nivel arbitral– va mas allá de la televisación, es un producto de la formación de los arbitras, de distintas situaciones hace tiempo denunciadas y no tenidas en cuenta: falta de transparencia en designaciones de los árbitros, falta de conocimiento de éstos en sus informes, la no existencia de un ranking interno para que cada uno sepa dónde está parado… todo conspira contra el mismo árbitro”, se explayó.
Consultado sobre el condicionamiento que existe sobre los referís a la hora de dirigir a Arsenal de Sarandí, el club de los Grondona, Ferro arrojó: “Eso no se puede probar, pero hay estadísticas, como el caso del asistente Horacio Herrero. Una vez cometió un error a favor de Gimnasia y Esgrima La Plata contra Arsenal y fíjense lo que fue dirigiendo después. Lo pasearon por todo el país, lo marginaron de los partidos más importantes. Y no dirigió nunca más a Arsenal”.
No obstante, el ahora dirigente defendió la calidad del arbitraje argentino. “La materia prima está, tenemos los mejores jueces que existen, pero el fútbol argentino es de los mas difíciles para dirigir”, opinó.
Como si esto fuera poco, una serie de hechos que involucran o afectan al arbitraje por fuera del fútbol en sí mismo colaboran para que los hombres de negro permanezcan por estas horas en el ojo de la tormenta.
Envueltos en una interna gremial interminable, los árbitros también entraron en la onda de la victimización. Tras el desgraciado San Lorenzo-Arsenal por la Copa Sudamericana, Juan Pablo Pompei, del Sadra, rompió todos los códigos y pidió a través de los medios no compartir terna con el asistente Juan Carlos Rebollo, de la Asociación Argentina. Hasta el propio Marcelo Tinelli, desde su ShowMatch, criticó duramente a Pompei por entender que perjudicó a su San Lorenzo querido.
El secretario general del Sadra, Guillermo Marconi, también cargó contra Rebollo y lo acusó, además, de arruinarle la carrera al rosarino Claudio Martín, otro referí de su sindicato.
Pablo Lunati, por su parte, también dejó de lado todo protocolo y embistió contra el ambiente del fútbol al decir que tanto técnicos como jugadores son todos “vigilantes que no tienen códigos”, y desacreditó al periodismo porque, considera, “no conoce el reglamento”.
Daniel Giménez, otro que fue noticia, anunció su retiro luego de ser suspendido por su actuación en la final del Nacional entre San Martín de San Juan y Huracán por el ascenso a primera. El Sargento acordó su desvinculación en 300 mil pesos, cifra que a modo de indemnización le pagará la AFA.
“Es evidente que hay una crisis”
El secretario general de la Asociación Argentina de Árbitros, Jorge Ferro, consideró que los problemas internos entre sus colegas “deberían resolverse en un ámbito interno, de vestuario o mesa de café, sin llegar a los medios”. “Con esta situación, es evidente que hay una crisis. Y marca a las claras una ruptura de códigos y la presencia de situaciones que perjudican más de lo que ayudan a los árbitros”, dijo en diálogo con Alberto Lotuf.
Sobre los tan comentados errores cometidos por muchos jueces en las ultimas fechas del presente torneo Apertura, Ferro –conocido también por denunciar un intento de soborno antes del partido Belgrano-Almagro por el Apertura 2005– coincidió con la idea de que “la televisación de todos los partidos hace que se vean todas las fallas, pero así como hace ver errores muestra aciertos”.
“De modo que esto –por el nivel arbitral– va mas allá de la televisación, es un producto de la formación de los arbitras, de distintas situaciones hace tiempo denunciadas y no tenidas en cuenta: falta de transparencia en designaciones de los árbitros, falta de conocimiento de éstos en sus informes, la no existencia de un ranking interno para que cada uno sepa dónde está parado… todo conspira contra el mismo árbitro”, se explayó.
Consultado sobre el condicionamiento que existe sobre los referís a la hora de dirigir a Arsenal de Sarandí, el club de los Grondona, Ferro arrojó: “Eso no se puede probar, pero hay estadísticas, como el caso del asistente Horacio Herrero. Una vez cometió un error a favor de Gimnasia y Esgrima La Plata contra Arsenal y fíjense lo que fue dirigiendo después. Lo pasearon por todo el país, lo marginaron de los partidos más importantes. Y no dirigió nunca más a Arsenal”.
No obstante, el ahora dirigente defendió la calidad del arbitraje argentino. “La materia prima está, tenemos los mejores jueces que existen, pero el fútbol argentino es de los mas difíciles para dirigir”, opinó.