La escena se repite en gran parte de las manzanas del macrocentro de Rosario: topadoras demoliendo antiguas casonas de estilo, excavadoras horadando la tierra, camiones descargando materiales y personal de las empresas de servicios realizando nuevas conexiones. Se trata de los casi 200 edificios que se están construyendo en la ciudad a ritmo febril.

Después de una prolongada paralización, coronada por la crisis que vivió el país a fines de 2001, la construcción volvió a concentrar la atención de los inversores, tanto de las tradicionales empresas constructoras de la ciudad, como de parte de pequeñas sociedades que se han formado a raíz del boom constructivo.

Además, el fenómeno generó en los últimos cuatro años un crecimiento exponencial del empleo en ese rubro. “En el 2001 la ciudad estaba planchada, recuerda Hugo Astrada, secretario general de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) de Rosario. A lo sumo teníamos 1.000 obreros trabajando en forma efectiva, pero las cosas cambiaron para bien. Hoy registramos alrededor de 12.000 trabajadores (procedentes de Rosario, provincia de Buenos Aires, Paraguay y Bolivia, en su mayoría) empleados en obras en construcción en la ciudad”.

Casi el 50 por ciento de las nuevas construcciones son edificios de mediana escala están destinadas a vivienda y se ubican en el radio delimitado por 27 de Febrero, Boulevard Avellaneda y el río Paraná. “Los valores oscilan, según el lugar de emplazamiento, entre 600 y 900 dólares por metro cuadrado, explica el presidente de la Cámara de inmobiliarias de Rosario, Alejandro Juri, a Rosario 3.com, aunque en las zonas más cotizadas que circundan la costa ribereña (en la jerga inmobiliaria se denomina “primera línea de río”) el precio trepa hasta alcanzar los 1.000 dólares por metro cuadrado. Un porcentaje importante de los compradores son inversores que adquieren los inmuebles con perspectiva de venta posterior

No sólo los precios de los departamentos han aumentado de manera significativa, algo similar ocurrió con las casas, ya que se incrementó el valor de los terrenos, en especial de los comprendidos entre Boulevard Oroño, Avenida Pellegrini y el río. Por ejemplo, dice Juri “un terreno ubicado en el radio céntrico, sobre un terreno de 10 por 30 metros, tiene un costo entre 120 mil y 150 mil dólares”. Por esta causa, según los operadores inmobiliarios consultados, el mercado de las casas tiene menor dinamismo que el de departamentos.

En cuanto a los compradores, “el público es muy variado, describe Juri. Hay personas que ingresan en los denominados fideicomisos inmobiliarios con un fin de inversión. Es decir, colocan un determinado monto de dinero que con posterioridad recuperarán con una determinada rentabilidad y otros que lo hacen como consumidores finales, para su uso personal o el de sus hijos”.

Según la secretaria de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario, Mirta Levin, “hay varios proyectos edilicios de envergadura en vías de construcción. Uno de ellos es el que está en marcha en Puerto Norte, donde se levantan dos torres que tendrán 45 pisos cada una, con vistas al río Paraná”. Pero además hay un desarrollo significativo de la construcción en la zona del parque a la Bandera y el Parque España

Hoy, quienes no tienen limitaciones económicas, a la hora de elegir un inmueble privilegian las zonas más seguras, con verde o el río cerca, seguridad las 24 horas y servicios comunes (hoy denominados amenities: pileta, solarium, gimnasio, sauna, barrillero, quincho, etc). Los que están limitados por el presupuesto, en el momento de decidir la compra de un inmueble, priorizan la seguridad y los serviciospúblicos, en especial el transporte urbano de pasajeros.