Del alerta naranja por la ola de calor a la advertencia por la llegada de vientos fuertes y tormentas a la región. Ese es el péndulo que haría el clima desde este sábado tórrido a un domingo con lluvias y temperaturas más bajas. El contraste sería fuerte ya que en la jornada se superaron los 36 grados y a las 21 seguía el clima pesado (31,3 grados y 34,5 de sensación térmica) pero el domingo se esperan diez grados menos.

Ese es el resumen de los diversos partes que emitió el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en las últimas horas.

A las 17 de este sábado, el termómetro oficial marcó 36,2 grados, con un cielo celeste que de a poco se manchaba de nubes. Para la noche se estimaba “probabilidad de chaparrones y tormentas aisladas”. 

El domingo la mínima desciende a 20 grados con una máxima esperada de 25 y tormentas aisladas que fuerzan a pensar en una mesa bajo techa para celebrar la noche del 31.

Según Windguru y The Weather Channel, las precipitaciones llegarían a la madrugada y se prolongarían hasta la noche inclusive.

Ráfagas

El SMN emitió este mediodía y renovó a las 18 un alerta por vientos fuertes que alcanzarían al sur de Santa Fe. “Se espera un brusco cambio de vientos al sector sur afectando progresivamente el área de cobertura entre la tarde y la noche de hoy sábado. Se estiman velocidades entre 30 y 50 km/h con ráfagas entre 40 y 70 km/h”, indica.

Además, Rosario está desde el viernes a la tarde bajo “alerta naranja” en el Sistema de Alerta Temprana por Olas de Calor y Salud. Ese nivel implica que las temperaturas “pueden ser muy peligrosas, especialmente para los grupos de riesgo”.

Amanecer cálido

Ya en las primeras horas de este sábado, para muchos el último día de trabajo de 2017, la temperatura trepaba hasta niveles muy altos.

A las 8 de la mañana, el termómetro ya marcaba 26 grados. La humedad era del 84 por ciento y el viento estaba en calma. “No corre una gota de aire”, decían las vecinas en los barrios, tratando de buscar una bocanada de oxígeno matinal.