Cámara de fotos, radio, MP3, Internet, transferencia inalámbrica de datos y agenda de compromisos son sólo algunas de las cosas que hasta aquí podía integrar un teléfono celular, a fin de simplificar la vida del usuario. Y ahora se agrega una más: en varios países del primer mundo, algunos aparatos incorporaron una tarjeta inteligente que permite usarlos para efectuar pagos, como si se tratase de una tarjeta de débito.
Así, desde un almuerzo en un restorán hasta el pasaje del subte puede abonarse pasando el celular por un dispositivo lector que reconoce la tarjeta, fabricada por Sony con el nombre de FeliCa y que usa un chip de tecnología inalámbrica RFID (identificación por radiofrecuencia) que no necesita batería para funcionar.
Apenas basta con acercar unos pocos centímetros el teléfono a la lectora, y la transacción se realiza en una décima de segundo.
La compañía fabricante infirmó que en sólo 18 meses distribuyó 100 millones de unidades, y alcanzó 200 millones en febrero de 2007. Y si bien ya es moneda corriente en los países más desarrollados, sobre todo en Japón, su uso se ha expandido a China, Singapur, Tailandia e India.
Según la firma de investigación de mercados Consultancy Strategy Analytics, los pagos a través de los teléfonos móviles son un negocio que mueve 900 millones de dólares y su centro de actividad está en Asia. Para 2011, los analistas predicen que la cifra subirá a 36 mil millones de dólares.
Así, desde un almuerzo en un restorán hasta el pasaje del subte puede abonarse pasando el celular por un dispositivo lector que reconoce la tarjeta, fabricada por Sony con el nombre de FeliCa y que usa un chip de tecnología inalámbrica RFID (identificación por radiofrecuencia) que no necesita batería para funcionar.
Apenas basta con acercar unos pocos centímetros el teléfono a la lectora, y la transacción se realiza en una décima de segundo.
La compañía fabricante infirmó que en sólo 18 meses distribuyó 100 millones de unidades, y alcanzó 200 millones en febrero de 2007. Y si bien ya es moneda corriente en los países más desarrollados, sobre todo en Japón, su uso se ha expandido a China, Singapur, Tailandia e India.
Según la firma de investigación de mercados Consultancy Strategy Analytics, los pagos a través de los teléfonos móviles son un negocio que mueve 900 millones de dólares y su centro de actividad está en Asia. Para 2011, los analistas predicen que la cifra subirá a 36 mil millones de dólares.