La noticia del homicidio de un hombre en el barrio Ludueña cuando celebraba la victoria de Rosario Central sobre Newell´s le supo más que amarga a Noelia. En la zona oeste, la mujer escuchó que había habido una asesinato posclásico y el dolor agudo que sintió por el crimen de su esposo, en una circunstancia similar, regresó de forma contundente.

La mujer, quien habló en el programa A Diario de Radio 2, estaba casada con Martín. En 2014, tras el partido entre los equipos locales, salió a festejar en inmediaciones de Brasil al 1300. Un vecino tuvo la peor reacción hacia su felicidad: disparó a quemarropa matando a Martín e hiriendo a otras personas. “Ese domingo ganó Central, mi marido se fue a fesejar con mis cuñados, amigos y mi hija. Ese hombre salió de un pasillo a los tiros y lamentablemente pasó lo que pasó”, relató lo ocurrido tres años atrás.

El tirador, Pablo Q, fue condenado a 12 años de prisión, según detalló Noelia. “Empezó a tirar a la gente. Gracias a Dios no hubo más muertes, pudo haber sido una tragedia”. A partir de entonces, la tristeza se apoderó de los días de la familia de Martín: “Era muy querido, a todos nos pegó muy fuerte”, advirtió su esposa.

Noelia no puede comprender la violencia a tal extremo. “Está todo perdido, antes un clásico era una fiesta, era divertirse pero ahora tenés que salir con miedo, tenés que estar adentro porque no sabés si te toca otra vez”, manifestó y remarcó: “No se puede vivir así”.

Para la mujer que experimentó de cerca la peor cara del fútbol, “el problema es la droga que tiene mal a la gente, que arruina a la sociedad” y pidió a las autoridades acciones concretas: “En vez de hacer tanta campaña, tendrían que hacer más”.