La exposición de una mujer embarazada a microbios del ambiente podría actuar como protectora frente a alergias futuras para el bebé. Aún en el viente materno, los bebés desarrollarían una resistencia especial a los microorganismos con los cuales su madre tuvo contacto.

Así lo sugiere un estudio que acaba de publicarse en una revista internacional. Los autores, un equipo de investigadores de la ciudad de Marburg, Alemania, encontraron que la exposición a las bacterias ambientales provoca una respuesta inflamatoria leve en ratones gestantes, que hace a los descendientes más resistentes a las alergias. El estudio fue publicado en la edición on line de la Revista de Medicina Especializada (Journal of Experimental Medicine).

El aumento progresivo de las alergias en las últimas décadas se atribuye con frecuencia a una creciente tendencia a mantener a los niños demasiado limpios, una teoría conocida como la “hipótesis de la higiene”. Según postula esta teoría, la exposición de los niños pequeños a los microbios del ambiente condiciona el desarrollo de su sistema inmunitario, y limita la tolerancia que tendrán hacia diferentes alérgenos a lo largo de su vida.

Los nuevos estudios demostraron, por ejemplo, que los niños criados en el campo, donde están más en contacto con bacterias y microorganismos, desarrollan menos alergias que los chicos que crecen en las ciudades o regiones no rurales. Sin embargo, la exposición de los chicos a los organismos podría no ser lo más importante, al menos no tanto como la condición de sus madres, independientemente del contacto que ellos mismos tengan con los microbios.

En este sentido, el trabajo sugiere que los hijos de mujeres que están más expuestas a microorganismos podrían luego ser menos susceptibles a sufrir algún tipo de alergia. No obstante, los mecanismos biológicos que hay detrás de este fenómeno siguen siendo un misterio.

El trabajo se realizó con ratonas preñadas que, expuestas a microbios por inhalación, luego dieron a luz crías resistentes a las alergias. La exposición provocó una respuesta inflamatoria leve en las madres, caracterizada, entre otros mecanismos, por la producción de moléculas inmunes llamadas “citocinas”. De esa manera, se transmitió la “protección” de madre a hijo, aunque los secretos de ese mecanismo no están totalmente desentrañados. Otro punto interesante que también queda por estudiar es si la protección se aplica a una gama amplia de alérgenos, incluyendo los que se encuentran en los alimentos.

Fuente: Diario Hoy