¿Cómo enseñar y aprender en medio del fuego cruzado? Es la pregunta que se hacen docentes y padres de los alumnos de las escuelas 1.257 Crucero Ara General Belgrano y la Nocturna Nº 64 Las Flores Sur, ubicadas en Clavel al 7.200, en pleno corazón del barrio Las Flores.

La preocupación de la comunidad educativa de ambas escuelas sufre la inseguridad diaria que significa recibir balazos en paredes y portones, provenientes de bandas rivales del mismo barrio que ajustan cuentas con armas de fuego, en la calle y a plena luz del día.

“En los últimos tres días se produjeron tres balaceras, y como saldo de uno de los episodios resultó herido un joven perteneciente a uno de los dos grupos contrincantes –los monos y los garompas–, cuenta una docente, y hace 10 días recibió un balazo que le provocó la muerte una menor de tres años, hija de una alumna de la escuela nocturna”.

Exceso de droga, de alcohol y de armas en el barrio generan un clima por demás de inseguro no sólo para dar clases, sino para sobrevivir. Los alumnos viven asustados y las maestras son asaltadas cada vez que salen de la escuela. Les roban los celulares y las mochilas con el material de trabajo.

Los internos de las líneas 141 y 148 del transporte urbano de pasajeros no entran más al barrio y los efectivos de la seccional 19 a la que corresponde la jurisdicción, les dicen a los vecinos que poco pueden hacer.

“Hace poco empezó a venir un vehículo de Gendarmería a patrullar las calles –cuenta una vecina– y las barras le apedrearon los vidrios y le rompieron un espejo retrovisor. El patrullero dejó de pasar porque según nos dijeron los iban a sancionar por los destrozos que sufrió la camioneta. Al tiempo volvieron y nos mostraron, sin que pudiéramos creerlo, que les habían iniciado sumario a ellos por los daños sufridos en el vehículo”. Con esa perspectiva, se pregunta la gente trabajadora del barrio que no tiene la opción de mudarse: "¿Quién va a querer venir a garantizarnos seguridad?".