Fue insólito por donde se lo mire. Y se ganó un lugar en el anecdotario canalla. Ocurrió el 18 de octubre de 1967, en la sexta fecha del Torneo Nacional, cuando Rosario Central se enfrentó a San Martín de Mendoza, con quien terminó perdiendo 2 a 1. Pero hubo un hincha que evitó el tercer gol de los cuyanos y protagonizó un episodio que quedó grabado en la historia de la institución de Arroyito. ¿Cómo? Ingresó al campo de juego por un agujero en el alambrado y, cuando un jugador visitante ya había pateado y la pelota estaba por ingresar al arco, el fanático auriazul interceptó el balón y salió jugando como si fuera un defensor. No, el árbitro no pudo convalidar el tanto, pues la pelota no pasó la línea de gol.

“Es verdad, se cumplen 45 años de aquéllo”, afirma Orlando “el Turco” Spip a Rosario3.com y no se ríe al evocar su sorpresivo ingreso al campo de juego, en aquel encuentro con el equipo mendocino, porque para él “Central es cosa seria”.

Como se puede observar en el video, Spip no entró solo a la cancha; lo hizo con un amigo que pasó por el mismo agujero del alambrado; pero fue él quien frenó un pelotazo de Benito Valencia que ya había pasado por encima de la cabeza de Edgardo “el Gato” Andrada, y se iba derecho al arco, a marcar el tercer tanto.

Bajo la conducción técnica de Miguel Ignomiriello, en plantel canalla iba perdiendo dos a cero, y los hinchas se resistían a ser testigos de la goleada. “Nosotros habíamos hecho un hueco en el alambre y se dio la casualidad de que no había policías mirando. Entonces entramos desde atrás del arco del “Gato” y yo paré la pelota antes de que pasara la línea del arco y salí jugando”, cuenta el Turco.

“No sé, se dio la casualidad; hoy sería imposible hacer algo como eso por la cantidad de policía que hay en el estadio”, admite el hincha que asegura haber seguido al equipo a todas partes durante más de 60 años.

Para continuar el partido tras el insólito hecho, el árbitro Aurelio Bossolino marcó un pique en el lugar donde tomó la pelota el hincha, quien –ovacionado por la tribuna de Regatas– salió corriendo perseguido por personal de seguridad, por el mismo boquete del alambrado que había hecho para entrar.

El presente auriazul, según Spip

“Obvio que me da bronca que Central no esté en primera, pero no quiero opinar porque acá todos saben todo y hablan. Central tiene que hacer goles y ganar”, dice “el Turco” y se enoja con algunos compañeros de trabajo –pinta vehículos– que retrucan a sus palabras desde atrás.

Tiene 65 años y sentencia categórico que “este año, Central tiene que subir”, aunque reconoce que a veces le gusta como juega el equipo, y otras veces, no.

“Para qué hablar de la situación institucional del club” se pregunta Spip y esquiva varias veces cualquier juicio sobre la actual comisión directiva, con la misma habilidad con que eludió a la policía que custodiaba el borde campo, en aquella histórica hazaña de los ´60.