El nuevo “dolor de cabeza” de adolescentes y jóvenes parece ser la pérdida de cabello, que se ha transformado en un motivo de consulta frecuente. Puede manifestarse a los 14 años, pero se desarrolla con más fuerza entre los veinteañeros. Los especialistas aseguran que una de las causas rincipales es el estrés.

"La caída del pelo y las canas son enfermedades que solían aparecer después de los 40, 50 años, y por eso es llamativo que en la actualidad se esté viendo a más jóvenes con estos problemas", explica el dermatólogo Rodrigo Loubies, quien ha hecho investigaciones sobre este tipo de problema.

Y con él coincide el experto en alopecia, doctor Róbinson Guerrero: "En los jóvenes, la alopecia ha subido bastante, y en el 60% de los casos no se debe a una causa genética, sino al estrés. También hay que tener claro que el estrés provoca que se dispare prematuramente una calvicie hereditaria".

La relación con el estrés es tan evidente, que incluso hay momentos del año que son más problemáticos que otros: "Las consultas suelen aumentar cuando están preparando la tesis de grado o los exámenes finales, porque la caída del pelo puede presentarse entre tres a seis meses después del episodio de tensión", señala Guerrero.

Otras veces, debido al estrés sufrido, el cabello tiende a adelgazarse, agrega el doctor Loubies. Y el problema es que la recuperación del grosor y del crecimiento normal de los nuevos pelos suele ser más lento, por la mala alimentación de los estudiantes, que pasan largas horas sin comer, o no se alimentan de forma balanceada.

Pero la caída del pelo no es el único mal que aqueja a los jóvenes: los médicos también han detectado una gran cantidad de hombres y mujeres, de entre 20 y 30 años, con canas.

"El estrés puede ser un causante, pero también puede deberse a regímenes muy estrictos en los que se baja el aporte de proteínas, lo que puede afectar la médula del folículo piloso, perdiendo el color. Sin embargo, éste se puede recuperar al volver a alimentarse normalmente", señala Guerrero.

La buena noticia es que no está todo perdido. Los tratamientos para la alopecia por estrés existen y son eficaces, recalcan los expertos. Para comenzar, se les suele recomendar a los jóvenes que tomen vitaminas y minerales. También que utilicen champú y ampollas anticaída, y que realicen deporte para terminar con las tensiones.

"Cuando el cuadro es más severo, se les aconseja que vean a un psicólogo que los apoye en la relajación", señala el doctor Guerrero. El tema de las drogas suele dejarse fuera cuando se trata de menores de 18 años, pero hay medicamentos orales que pueden utilizarse para los veinteañeros. Además, se puede realizar un tratamiento con láser rojo, que estimula el crecimiento del cabello.

Es esperable que al día se pierdan entre 100 y 150 pelos. "Pero esta pérdida debería ser imperceptible. No es normal dejar pelos en la almohada, en la ropa ni en el cepillo", explica el doctor Rodrigo Loubies. Por eso hay que estar atento, y cuando se lleva entre uno o dos meses de caída sostenida, es clave consultar a un especialista. Si la alopecia es por estrés, luego del periodo crítico el cabello puede volver a crecer.

Fuente: El mercurio