Para alegría de muchos, que ante los empaques llenos de burbujas no pueden contener las ganas de explotarlas al instante, una empresa japonesa ideó el juguete llamado "Puchi-puchi". Se trata de una lámina cuadrada de cuatro centímetros, compuesta con ocho burbujas que pueden ser reventadas una y otra vez, cuenta el diario colombiano El Tiempo.
El placer de hacer estallar el plástico es una actividad que inexplicablemente gusta en todos los rincones del mundo, por eso, la empresa Bandai creó el producto, que está provisto con un tacto y sonido igual al original.
Además, cuando se pulsa cien veces, el ’Puchi-Puchi’ emite sonidos como una ventosidad, la apertura de una puerta o el ladrido de un perro.
La razón de esta curiosa característica, inexistente en los embalajes originales, es que la compañía quiso homenajear a una anomalía que ocurre cuando se producen industrialmente las bolitas de plástico: una de cada 10 mil burbujas tiene forma de corazón.
Además del modelo estándar, que cuesta poco más de 800 yenes (poco más de 20 pesos), la empresa ha creado una serie más potente, con un tamaño y un volumen de sonido tres veces mayor que el original.
Sin embargo, el modelo más pequeño cuenta con una pequeña cadena accesoria para poder ser atado al teléfono móvil, que Bandai prevé lanzar en septiembre, informa El Tiempo.