A tres meses de la tragedia ferroviaria de la estación de Once, en la que 51 pasajeros perdieron la vida y otros 700 resultaron heridos, el gobierno rescindió por decreto el contrato de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA).

La medida no sólo afecta a la línea Sarmiento, en la que se produje el fatal accidente, sino también la Mitre, que también era manejada en el área metropolitana por el grupo Cirigliano.

El anuncio lo realizó, en conferencia de prensa, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, quien dijo que la Secretaría de Transporte, a cargo del ex intendente de Granadero Baigorria Alejandro Ramos, convocará a los demás concesionarios de servicio ferroviarios para conformar una unidad de gestión operativa (Ugofe) hasta que se determine la modalidad de la nueva concesión de las lineas Mitre y Sarmiento.

El decreto firmado por Cristina Kirchner determina también que la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) realizará un inventario detallado de los bienes y el estado de situación de la empresa. Con el trabajo en conjunto de la Sindicatura de la Nación (Sigen), la Procuración del Tesoro y la Auditoría General de la Nación (AGN), el Gobierno quiere "determinar los eventuales daños ocasionados al Estado nacional", como detalla la norma.

Luego del accidente, el gobierno intervino la empresa y dejó a cargo a Raúl Baridó, gerente de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), quien como primera medida sacó de circulación varias formaciones para su revisión técnica.