A las 19.30, una hora y media más tarde de lo previsto, la ministra de Educación de la provincia, Adriana Cantero, llegó al Centro Cívico donde la aguardaban los dirigentes gremiales de Amsafé para discutir el tema salarial. Una vez reunidos, les ofreció llevar el mínimo de 1.000 a 1.250 pesos (para un maestro que recién ingresa) y el máximo para aquellos con antiguëdad de los 1.250 pesos actuales a 1.600.

Según interpretó Sonia Alesso, delegada del gremio, se trata de índices de aumento no fijo que fluctúan entre un 20 y un 26 por ciento dependiendo de cada caso. Pero además la oferta incluyó el pago por única vez de 150 pesos para comprar materiales (que se cobraría de manera retroactiva con el saldo de febrero).

"Teníamos una expectativa mayor", dijo Alesso tras la reunión que se prolongó hasta las 21. Según explicó, los cronogramas de ajuste del salarios van desde la actualidad hasta noviembre y en algunos casos no significan un aumento real de algunos sectores. Por eso, señaló, la propuesta "no es todo lo que esperábamos".

De todas formas, como es costumbre en el gremio de los docentes, serán ahora todos los maestros quienes voten por aceptar la propuesta o rechazarla. Amsafé Rosario, un sector más combativo que la dirigencia provincial, fijó el reclamo en un piso de 2.300 pesos.