El gobierno santafesino tiene planeado cerrar el Instituto de Recuperación del Adolescente Rosario (Irar) y abrir otros espacios destinados a los menores en conflicto con la ley penal “que no apelen a la represión y al encierro”. Mientras tanto, según adelantó Juan Lewis, subsecretario de Asuntos Penales, se buscará reacondicionar el Irar: “Queremos darle otro cariz que el que tiene y criticamos”, ahondó.
La situación de los chicos que cometen delitos es crítica. Días atrás, la jueza de Menores Nº 1, María del Carmen Musa, hizo público un secreto a voces: por los juzgados de menores de los tribunales rosarinos pasan por mes cerca de 350 chicos y la mayor parte de ellos tiene problemas con las drogas. Lo grave es que no se dispone de una instancia pública para tratar adicciones.
Consultado acerca de la problemática, Lewis anunció en Radio 2: “Estamos intentando reformular el Irar, darle otro cariz y luego cerrarlo porque es una cárcel”, precisó. Manifestó que en “no menos de un año” la idea es generar nuevos espacios con otros paradigmas ligados a los derechos del niño.
Lewis reconoció que el Irar es el único lugar a donde los jueces de menores pueden hoy derivar a los chicos con problemas. Pero, advirtió: “Los ministros están tratando de articular respuestas pero son muy complejas. El Estado tiene que poder dar respuesta a todos los casos”.
El subsecretario de Asuntos Penales buscó diferenciar los chicos que delinquen de los que consumen drogas. Según observó, “este año se están estudiando programas de prevención de adicciones y formas de mejorar los institutos”.


