"Los pólenes, los hongos, los pastos, el polvo, las malezas, los ácaros y las escamas y la piel de los animales son alergenos conocidos y frecuentes pues conviven con todos nosotros y se desarrollan tanto en el campo externo como en el ambiente interno. Esto quiere decir que es difícil escaparse de ellos pues están en cada uno de los ambientes de nuestras casas", señaló el doctor Gustavo Marino, jefe del servicio de Alergia e Inmunología Infantil del Hospital Universitario Austral (HUA).
Sin embargo, el hecho de que estas sustancias que en las personas que presentan determinada predisposición o hipersensibilidad genética pueden desencadenar cuadros de alergia y asma estén en todos lados, no significa que no sea posible hacer nada para reducir su impacto.
Esto es sumamente relevante porque, entre las ambientales, la mayoría incrementan su presencia debido a que con el aumento de la temperatura es mucho mayor el número de personas que optan por realizar actividades al aire libre.
"Tanto para lo que pasa adentro como afuera de nuestra casa podemos hacer muchas cosas. En el primer punto, una de las opciones es mantener la casa lo más limpia y aseada posible de manera de evitar el desarrollo de polvo. Esto no quiere decir que las casas sean sucias, al contrario. Ocurre que el polvo entra por las puertas o las ventanas y ´se queda´ con lo cual si se realiza una rutina de limpieza, es posible disminuir el asentamiento. También es importante limpiar las zonas en las que pueden juntarse hongos como por ejemplo las bañaderas. Y, finalmente, es muy importante evitar tener en el jardín todo tipo de planta que pueda polinizar y hacernos mal, así como también es preferible prescindir de la convivencia con gatos o perros cuando presentemos sensibilidad a ellos", añadió Marino.
"En cuanto a la calle o la vida al aire libre que aumenta notablemente con el incremento de la temperatura, una posibilidad es evitar las plazas en las que pueda haber mucha vegetación, o bien utilizar un barbijo", consignó el especialista.
"A lo largo de los últimos años y en gran parte como consecuencia de la acción del hombre, el llamado fenómeno del ´cambio climático´ esta produciendo modificaciones alarmantes en el mundo, situación que se hace visible, por ejemplo, en el aumento de la desertificación, el incremento del volumen de contaminantes, el derretimiento de los hielos, y las variaciones de las estaciones".
"Todos estos factores combinados generan el aumento de la temperatura general, situación que a su vez provoca que en algunas áreas se incremente el número de pólenes, que pululan en el aire por periodos más largos de tiempo. Conclusión: las estaciones se prolongaron, es decir que comienzan antes y terminan después, razón por la cual las personas que se encuentran más sensibilizadas y evidencian alergia presentan un marcado detrimento de su calidad de vida", sostuvo Pro-Salud News el doctor Carlos Baena-Cagnani, médico alergólogo, miembro del comité ejecutivo de la Alianza Global contra las Enfermedades Respiratorias Crónicas (GARD) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y presidente del XXI Congreso Mundial de Alergia.
Y en cuanto a la primavera y más allá de la temperatura, ¿qué otros factores hacen de esta una estación "sensibilizadora", sobre todo para el 25 por ciento de la población argentina que sufre cuadros de alergia.
"Ante cualquier cambio de estación y más precisamente al empezar el otoño y la primavera suele darse el recrudecimiento de los cuadros -en especial de aquellas condiciones ya existentes de las vías respiratorias como la rinitis y el asma- porque comienza la etapa de polinización o fecundación de numerosas especies vegetales, además de los pólenes que son llevados por el viento, tan típico sobre todo de la etapa del año que estamos comenzando", explicó el experto.
Y aportó un dato interesante para que todas las personas que sufren alergias o asma puedan cuidarse y tomar un recaudo más: "Las plantas polinizan a las 4 de la mañana o a las 4 de la tarde. Por eso es importante que en esos momentos las personas sensibles traten de no estar al aire libre o exponerse".
Fuente: Pro Salud News
Sin embargo, el hecho de que estas sustancias que en las personas que presentan determinada predisposición o hipersensibilidad genética pueden desencadenar cuadros de alergia y asma estén en todos lados, no significa que no sea posible hacer nada para reducir su impacto.
Esto es sumamente relevante porque, entre las ambientales, la mayoría incrementan su presencia debido a que con el aumento de la temperatura es mucho mayor el número de personas que optan por realizar actividades al aire libre.
"Tanto para lo que pasa adentro como afuera de nuestra casa podemos hacer muchas cosas. En el primer punto, una de las opciones es mantener la casa lo más limpia y aseada posible de manera de evitar el desarrollo de polvo. Esto no quiere decir que las casas sean sucias, al contrario. Ocurre que el polvo entra por las puertas o las ventanas y ´se queda´ con lo cual si se realiza una rutina de limpieza, es posible disminuir el asentamiento. También es importante limpiar las zonas en las que pueden juntarse hongos como por ejemplo las bañaderas. Y, finalmente, es muy importante evitar tener en el jardín todo tipo de planta que pueda polinizar y hacernos mal, así como también es preferible prescindir de la convivencia con gatos o perros cuando presentemos sensibilidad a ellos", añadió Marino.
"En cuanto a la calle o la vida al aire libre que aumenta notablemente con el incremento de la temperatura, una posibilidad es evitar las plazas en las que pueda haber mucha vegetación, o bien utilizar un barbijo", consignó el especialista.
"A lo largo de los últimos años y en gran parte como consecuencia de la acción del hombre, el llamado fenómeno del ´cambio climático´ esta produciendo modificaciones alarmantes en el mundo, situación que se hace visible, por ejemplo, en el aumento de la desertificación, el incremento del volumen de contaminantes, el derretimiento de los hielos, y las variaciones de las estaciones".
"Todos estos factores combinados generan el aumento de la temperatura general, situación que a su vez provoca que en algunas áreas se incremente el número de pólenes, que pululan en el aire por periodos más largos de tiempo. Conclusión: las estaciones se prolongaron, es decir que comienzan antes y terminan después, razón por la cual las personas que se encuentran más sensibilizadas y evidencian alergia presentan un marcado detrimento de su calidad de vida", sostuvo Pro-Salud News el doctor Carlos Baena-Cagnani, médico alergólogo, miembro del comité ejecutivo de la Alianza Global contra las Enfermedades Respiratorias Crónicas (GARD) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y presidente del XXI Congreso Mundial de Alergia.
Y en cuanto a la primavera y más allá de la temperatura, ¿qué otros factores hacen de esta una estación "sensibilizadora", sobre todo para el 25 por ciento de la población argentina que sufre cuadros de alergia.
"Ante cualquier cambio de estación y más precisamente al empezar el otoño y la primavera suele darse el recrudecimiento de los cuadros -en especial de aquellas condiciones ya existentes de las vías respiratorias como la rinitis y el asma- porque comienza la etapa de polinización o fecundación de numerosas especies vegetales, además de los pólenes que son llevados por el viento, tan típico sobre todo de la etapa del año que estamos comenzando", explicó el experto.
Y aportó un dato interesante para que todas las personas que sufren alergias o asma puedan cuidarse y tomar un recaudo más: "Las plantas polinizan a las 4 de la mañana o a las 4 de la tarde. Por eso es importante que en esos momentos las personas sensibles traten de no estar al aire libre o exponerse".
Fuente: Pro Salud News
