Argentina podría cerrar el año con un índice de desempleo de un dígito, algo que sucedió por úlitma vez hace doce años. El número contrastaría de lejos de la peor etapa desatada tras la crisis de fines de 2001, cuando el número de desocupados orilló el 24 por ciento de la población económicamente activa.

"No hago pronósticos, no anticipo índices, pero vamos a terminar el año con la tasa de desocupación en baja", asegurA el ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Carlos Tomada, cada vez que se lo consulta sobre la posibilidad de que el desempleo del corriente año cierre por debajo del 10 por ciento.

Esta posibilidad cobró fuerza durante el tercer trimestre, cuando el número de desempleados cayó casi un punto respecto a similar período de 2005 y se ubicó en el 10,2 por ciento.  De confirmarse la proyección, el 2006 será el primer período en doce años en que el número de desocupados será de un dígito.

Desde mayo de 1994, cuando la desocupación trepó al 10,7 por ciento, la tasa se mantuvo en dos dígitos, a pesar de los planes de flexibilización laboral impulsados durante la década pasada bajo el argumento de que iban a mejorar el acceso de la población a los puestos de trabajo.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informará a mediados de febrero los resultados del cuarto y último trimestre del año y el porcentaje de la población económicamente activa (más de 16 millones de personas) que está desempleada.

Si el desempleo queda por debajo del 10 por ciento, la cartera que conduce Tomada deberá comenzar a dar pasos para eliminar la "doble indemnización" (reducida con el paso del tiempo al 1,5 por ciento) establecida tras la salida de la convertibilidad para preservar la continuidad de los puestos más antiguos.

"Si no tuviéramos este impresionante aumento en la cantidad de gente que sale al mercado (a buscar trabajo), hoy el desempleo estaría en el 8 u 8 y medio, y no encima del 10 por ciento", sostuvo Tomada ante la prensa.

El mes pasado, luego de que el Indec dio a conocer los números del tercer trimestre, el ministro destacó que "desde el 2003 se ha bajado el 50 por ciento la desocupación, tanto en términos absolutos como relativos".

"Lo importante, además de seguir cayendo el desempleo, es que se observa que está cambiando la calidad del empleo y que hay un retroceso claro de la precariedad", subrayó.

Desde el sector empresario, los directivos de las principales cámaras -en especial del sector fabril- reivindican la política ’proindustria’ del presidente Néstor Kirchner, en especial por la defensa del tipo de cambio alto y la discusión de las asimetrías con Brasil dentro del Mercosur.

En la columna del debe, la falta de mano de obra capacitada -otro estigma de la década del ’90, cuando el cierre de fábricas fue acompañado por una paulatina desaparición de las escuelas técnicas- sigue siendo uno de los capítulos más críticos.

Otra deuda es la nueva ley de ART. Luego de que la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional en 2004 varios artículos de la norma sancionada en 1996, no se ha logrado consenso entre empresarios y sindicalistas.

Ante este panorama, la Unión de ART (Uart), la entidad que agrupa a la mayoría de las aseguradoras de riesgos del trabajo, advirtió el "avance de la industria del juicio", ya que el número de causas judiciales por accidentes de trabajo creció más de 200 por ciento desde 2004 a la fecha.

Dentro de las políticas impulsadas por la cartera laboral, la lucha contra el empleo en negro fue en el 2006 una de sus prioridades.

Tomada, un ministro ratificado por Kirchner luego de jurar como presidente de la Nación en mayo de 2003, llegó a decir en los tiempos en que la desocupación pegaba más fuerte que el empleo en negro era una forma más de vínculo contractual. Pero ahora, ante la posibilidad de que el 2006 cierre en un dígito, los cañones del ministerio apuntan a hacer caer el trabajo informal.

"La foto es fea, todavía estamos en 40 por ciento" de puestos de trabajo en negro, remarcó el ministro. "Pero la película es que venimos del 50 por ciento y el verdadero sentido es que en Argentina en los últimos treinta años lo único que creció fue el empleo en negro y desde hace un año comenzó a retroceder. Ese es el dato fundamental", precisó.

Fuente: Télam