En un discurso televisado, el secretario general del grupo chiíta Hezbolá, Hasan Nasralá, afirmó que la "victoria es para todo el Líbano y para toda la Resistencia". Por su parte, el ejército israelí aseguró que se ha librado una batalla "sin precedentes" contra una fuerza,Hezbolá, que tiene "más medios que muchos ejércitos", pero sigue "la lógica del terror".

"Estamos ante una victoria histórica y estratégica, no es ninguna exageración, esta victoria es para todo Líbano y para toda la Resistencia", dijo Nasralá en un discurso emitido por la televisión Al Manar, órgano de comunicación de Hezbolá.

"Hubo un debate sobre el desarme de Hezbolá antes y después de la resolución, pero yo no quiero entrar en ese debate", explicó Nasralá. El responsable chiíta explicó que su grupo prefiere no entrar en el debate porque "sirve al enemigo y no al interés de Líbano".

Por su parte, el presidente del Líbano, Emile Lahud, aseguró que Israel ha fracasado en su objetivo de provocar una guerra religiosa entre los libaneses a través de los bombardeos contra el país.

Mientras, el eército de Israel también considera esta retirada como una victoria. El general Ido Hehushtan describió a Hezbolá como un ejército destinatario de "miles de millones" procedentes de Irán, que lo ha convertido en "su comando oeste".

La guerrilla disponía de un sistema de comunicaciones muy avanzado, de infraestructuras, de armamento ("unos 1.000 misiles de largo alcance, algo que tienen pocos ejércitos", dijo Hehushtan), que impresionaron a sus adversarios, si bien Kuperwasser afirmó que Israel estaba informado prácticamente de todo lo que tenía Hezbolá.

Tanto el general Ido Hehushtan como el general Yossi Kuperwasser aseguraron que habían logrado los objetivos de la operación contra Hizbulá, pese a que el grupo chíi conservó su capacidad de atacar Israel con misiles "casi hasta el último minuto", afirmó Hehushtan.

El objetivo de la operación contra el sur de Líbano, que se prolongó algo más de un mes, no era destruir "hasta el último misil de Hezbulá", algo que no se podría conseguir, reiteraron los militares, sino debilitarlo y, sobre todo, crear las condiciones para la solución política que se ha alcanzado en la ONU.