El Mercado de Liniers volvió a ser termómetro del paro del campo: sólo dos mil cabezas ingresaron en el tercer día de protesta, y encima la mayoría son del Ejército, que recibió al orden de vender sus vacas.

De cualquier manera, el gobierno se muestra confiado en que podrá garantizar que no falte carne durante los días que dure la medida de fuerza y que no suban los precios.

Una de las estrategias del gobierno fue acordar con los frigoríficos que adelantaran compra de ganado, que, por ejemplo, tenían este fin de semana el doble del stock habitual.

El paro del campo fue lanzado el miércoles por Confederaciones Rurales (CRA) y Federación Agraria (FAA), y el viernes se les sumó la Rural (SRA). La cuarta entidad, Coninagro (cooperativistas) no adhirió, pero dejó a sus afiliados en libertad de acción. Hasta el martes 12, los ruralistas no enviarán animales a remate ni comercializarán granos, aunque mantendrán el normal abastecimiento de productos perecederos como lácteos, frutas y verduras.