La cruzada por la defensa de los clubes de barrio de la zona norte tuvo un final feliz (al menos por este 2006). Es que entre la discusión por el Presupuesto 2007 y la delegación de facultades al Ejecutivo para que se aumente el precio del boleto del transporte urbano, los ediles aprobaron el proyecto que protege el patrimonio de los clubes Argentino de Rosario y Agua y Energía.

Estos predios corrían peligro de venta o enajenación, pero la iniciativa (ahora ordenanza) promueve la modificación del Código Urbanístico de esas instituciones. Con la flamante denominación Distrito H 3, los terrenos de los clubes ahora sólo podrán ser “destinados a Recreación Privada”. Según dice el Código, bajo esta figura “se permiten únicamente construcciones, reformas o ampliaciones, limitando la superficie edificable al mínimo admisible, para preservar al máximo el uso recreativo-deportivo al que están destinados”.

Es decir que los intentos por vender o enajenar esos clubes quedarían truncos. En el caso de Argentino, la comisión directiva había comenzado el proceso para desprenderse del estadio ubicado en el corazón de barrio Sarmiento, negociación que se frenó por las protestas de socios y vecinos.

Agua y Energía y Argentino, entonces, no se venden. En el caso del Salaíto, la comisión directiva ya habría dado marcha atrás con la iniciativa y, en cambio, acudiría a un “grupo inversor” para solucionar sus problemas financieros. Esa es la misma opción que eligió, por ejemplo, Rosario Central. ¿Se cierra una cruzada para dar inicio a otra?

Más cocheras

En la sesión de este jueves se aprobó también el proyecto presentado por el concejal Jorge Boasso por el cual se pondrá en marcha un sistema de promoción urbanística para la construcción de nuevos edificios, cuyo uso principal sea el de estacionamiento de vehículos particulares de bajo porte.

Así, se generarían nuevos paseos comerciales de alto impacto urbanístico e intervenciones urbanísticas innovadoras que induzcan la construcción de nuevos espacios públicos y la incorporación de cocheras subterráneas o en altura, que den respuesta a la demanda de los estacionamientos fijos y temporales, en terrenos subutilizados de importantes dimensiones.

En una primera etapa se implementará en la zona céntrica, (avenida 27 de Febrero, Francia y el Río Paraná) donde  la escasez de cocheras, permanentes o transitorias  ha pasado a constituir un gran problema y ha provocado abusos por la poca oferta ante tanta demanda.