El presidente palestino, Mahmud Abás, anunció este sábado en Ramala la convocatoria de elecciones presidenciales y legislativas anticipadas el próximo año, medida que el grupo Hamás se ha apresurado a rechazar.

Entretanto, ya se registraron los primeros enfrentamientos armados en reacción al discurso en el centro de Ramala entre numerosos seguidores del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y militantes del movimiento islámico.

Abás explicó durante un discurso a la nación que decidió adelantar los comicios para sacar a su pueblo del actual estancamiento político y financiero en el que se encuentra. "El pueblo es la fuente de nuestra autoridad. Regresaré al pueblo y dejaré que decida", afirmó en su alocución.

Aunque no precisó la fecha de los comicios, que tendrá que decidir tras consultar con el Comité Central Electoral, fuentes de su Oficina en Ramala aseguraron que en el plazo de una semana podría anunciar el momento de la convocatoria, que presumiblemente sería hacia marzo.

El ministro de Asuntos Exteriores y destacado dirigente de Hamás, Mahmud A-Zahar, se opuso tajantemente a esta medida y afirmó: "Rechazamos la convocatoria del presidente Abás a elecciones anticipadas, si se ha cansado de la situación debería dimitir él. Prometo al pueblo palestino que con la ayuda de Alá no habrá comicios anticipados".

Otros representantes del grupo han ido más lejos y han calificado la medida de "golpe de estado" o "intento de derrocar al actual Ejecutivo", que salió de las urnas en las elecciones legislativas celebradas el pasado 25 de enero.

Abás vertía poco antes durante su discurso una amenaza directa al grupo islámico al señalar que tiene el derecho de destituir al gobierno en cualquier momento. "Yo fui el que firmó el decreto por el que entró en funciones el Gobierno y puedo firmar otro para disolverlo", afirmó en su alocución, difundida por la televisión palestina desde la sede de la Presidencia en Ramala.

El discurso ha sido uno de los más duros que ha pronunciado hasta la fecha contra Hamás, en un intento, según analistas políticos, por desenmascarar al movimiento islámico frente a la opinión pública y en el que en cada frase se podía apreciar acusaciones directas o veladas contra el desempeño del actual Gobierno palestino.

"¿Necesito un gobierno por el mero entretenimiento? Necesito un Gobierno que pueda levantar el bloqueo" impuesto a los palestinos, expresó ante numerosos miembros del grupo Al-Fatah, así como de representantes de otras facciones políticas -salvo Hamás- y líderes religiosos y de la sociedad civil.

El presidente palestino ha acusado a Hamás del deterioro de la situación de seguridad y del fracaso del diálogo para alcanzar un acuerdo sobre la formación de un gobierno de unidad nacional.

También responsabilizó al Ejecutivo de Ismail Haniye del acusado deterioro de la situación económica en los territorios palestinos debido al boicot internacional impuesto por su rechazo a reconocer a Israel, renunciar a la violencia y respetar la legitimidad árabe, internacional y de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

"No vivimos en una isla aislada sino que somos parte integral del mundo árabe y debemos respetar los compromisos asumidos", declaró, en alusión también a los acuerdos alcanzados en el pasado entre israelíes y palestinos.

Se preguntó: "¿Cómo podemos mantener la seguridad si no se pagan los salarios durante nueve meses?" y afirmó que el actual bloqueo impuesto a los palestinos era el "resultado de este Gobierno (de Hamás) que rechaza aceptar legitimidad internacional".

Abás también rechazó las acusaciones vertidas por dirigentes del grupo islámico, según las cuales miembros de la Guardia Presidencial y dirigentes de Al-Fatah habían intentado asesinar al primer ministro, Ismail Haniye, el pasado jueves en la terminal de Rafah.

Asimismo, otorgó gran importancia a la retirada israelí de la franja de Gaza en el 2005 y explicó que numerosos proyectos e inversiones para impulsar la economía en ese territorio se han visto truncados por "aquellos que disparan cohetes contra Israel, en clara contraposición con los intereses del pueblo palestino", afirmó en alusión a los milicianos radicales.

También criticó el secuestro el pasado verano del soldado israelí Guilad Shalit, que desencadenó una dura ofensiva en la franja de Gaza, y que "costó la vida de 500 mártires" palestinos.

Fuente: EFE