El análisis de la caja negra del subterráneo que descarriló ayer en Valencia y causó la muerte a 41 personas, entre ellas un argentino, reveló que el tren circulaba a 80 kilómetros por hora, el doble de lo permitido en la curva donde se produjo el accidente, informó el consejero de Industria y Transporte valenciano, José Ramón García Antón. “El exceso de velocidad, al que no encontramos explicación, nos hace pensar que el maquinista pudo sufrir algún tipo de inconciencia o indisposición que impidiera su reacción”, indicó el informe del Comité de Seguridad de Circulación de la empresa Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), que leyó García Antón. “Ahora sabemos con seguridad que algunas de las informaciones pueden descartarse, como la versión de que la bóveda del túnel se había desprendido, porque está en perfecto estado”, explicó el responsable directo de la empresa pública FGV. Con respecto al ciudadano argentino fallecido en el accidente, el cónsul general adjunto en Barcelona, Carlos Arsani, dijo a Télam que se trata de “un hombre nacido en Buenos Aires en el año 1963”. “Está casado, pero no sabemos si tiene hijos, y residía con su esposa en la ciudad de Valencia”, agregó el diplomático argentino. El nombre de la persona fallecida no se difundió a la prensa. El diplomático dijo además que hasta el momento las actuaciones realizadas por el Consulado se limitan al envío de la información a Buenos Aires, a la espera de que la justicia remita el certificado de defunción de la víctima, y que los familiares del fallecido se pongan en contacto con la delegación. “Todo dependerá de si deciden enterrar el cuerpo en Valencia o lo trasladan a Argentina”, agregó. El responsable de los Ferrocarrils de la Generalitat Valencia recordó que en los últimos años, en la línea 1, donde se produjo el accidente, se hizo una inversión de 120 millones de euros para reponer prácticamente toda la infraestructura y para introducir medidas de seguridad. “Es una línea que entró en funcionamiento entre 1988 y 1989, en la que circulan vehículos todos los días y nunca pasó absolutamente nada, los ferrocarriles y los rieles están en perfecto estado y no hay ningún tipo de problemas”, añadió García Antón. En cuanto a las medidas de seguridad, el responsable valenciano consideró que no es necesario aumentar los mecanismos actuales, porque los trenes disponen del sistema de Frenado Automático Puntal (FAP), que ha estado funcionando durante mucho tiempo y es lo que aconsejan los protocolos. Este sistema debe ser programado, y al parecer no lo estaba para frenar en este tramo, una curva en la que no se puede circular a más de 40 kilómetros por hora. Tras la reunión del seguimiento del accidente de FGV, el secretario general del Sindicato Independiente Ferroviario (SIF), Jorge Alvarez, afirmó que el siniestro es “un desgraciado accidente”, motivado por una “manifiesta falta de inversión de la Generalitat valenciana, por lo que solicitó la dimisión del consejero García Antón. Además, Alvarez dijo que el conductor del tren no era maquinista, sino un agente de estación que había recibido clases durante 14 días, cuando el período habitual es de dos meses. Para el SIF, la línea 1 carece de medidas técnicas apropiadas, como un sistema de frenado automático que pueda impedir que se exceda una determinada velocidad y evitar así el descarrilamiento, una cuestión que responde la falta de inversión del gobierno autónomo. Fuente: Télam