El calor y el sol que desde temprano brillaba en el cielo rosarino invitaban a pasar un sábado de playa, pero más tarde llegó un invitado sorpresa, no muy grato, por cierto. Un fuerte viento apareció soplando desde el sur complicó la estadía en el río.

A tal punto que el cruce a las islas, al menos desde la Estación Fluvial, se vio afectado desde media tarde debiendo reducir el número de viajes. Esto derivó en largas colas por la tarde en las playas Vladimir y Deja Vu con cientos de personas varadas, las que a medida que fueron volviendo realizaron enérgicos reclamos en las boleterías.

Es que las ráfagas complicaban no sólo el equilibrio del barco, sino que también hacían que el río esté demasiado picado para atravesarlo de manera segura.

Pero el viento no sólo trajo problemas en Rosario: en los balnearios de la costa argentina también fue el protagonista de la jornada y transformó en un mal momento cualquier intento de permanecer junto al mar.

En Mar del Plata, por ejemplo, los vientos alcanzaron los 70 kilómetros por hora, aunque el pronóstico anunciaba una merma en la intensidad para este domingo.