Los problemas con el sistema de votación electrónica con el que votó el 80 por ciento de los electores estadounidenses han obligado a posponer el cierre de los colegios electorales en varias circunscripciones.

En algunos Estados, como Colorado o Indiana, las colas de gente que esperaba para votar sobrepasaban en algunos lugares las 300 personas, y muchos de ellos fueron enviados a sus casas para regresar más tarde.

Mientras, los sondeos de opinión a pie de urna indican que seis de cada diez votantes no aprueban la gestión de Bush, según informaron diversas agencias internacionales.

Los jueces decretaron ya en varios Estados que los centros electorales cierren más tarde y en otros la votación electrónica se sustituyeron por las tradicionales papeletas.