La pregorexia aparece en aquellas mujeres embarazadas que no se quieren ver gordas. Es la llamada anorexia en el embarazo. Se cree que surgió en Estados Unidos a través de una publicación hace unos 10 años, abonada por ese falso ideal de una figura delgada promovida por muchas personas públicas embarazadas.

Así lo explica a Infosalus la psiquiatra María Victoria Bonán del servicio de Psiquiatría del Hospital de la Paz de Madrid, quien avisa, eso sí, de que la pregorexia no está incluida en la clasificación internacional de enfermedades mentales, pero sí se considera un trastorno de la alimentación en el embarazo.

En concreto, dice que se caracteriza por un intenso temor a ganar peso con una restricción en la ingesta calórica y también con una distorsión en la imagen corporal. "Las mujeres que han tenido un trastorno de alimentación en el pasado tienen un mayor riesgo de padecerlo", añade la doctora Bonán. No obstante, precisa que este trastorno se puede iniciar bien en el embarazo o existir previamente a la gestación. "Se puede considerar que tanto el embarazo como el postparto son periodos de gran vulnerabilidad que pueden favorecer el inicio de un trastorno de estas características", sostiene.

Es más, señala que el embarazo en sí mismo es estresante y se trata de una etapa donde se producen cambios en el peso y en el esquema corporal de la mujer. Para identificar los trastornos de conducta alimentaria en el embarazo, Bonán indica que en las citas de seguimiento del embarazo se suelen realizar preguntas abiertas sobre la alimentación, cuáles son las preocupaciones acerca del peso de la mujer, de su esquema corporal e imagen, a través también de la evaluación de salud de la madre, y de las ecografías para ver cómo se desarrolla el feto. Uno de los principales peligros de la pregorexia para el bebé es el retraso en el crecimiento intrauterino, que el bebé sea de tamaño pequeño, así como un recién nacido de bajo peso.

También puede haber alteraciones en el neurodesarrollo si han faltado nutrientes esenciales, se puede dar un parto prematuro o la muerte fetal en los casos más extremos. Para la madre, el riesgo de la pregorexia se centra en problemas de desnutrición, anemia, descalcificación de los huesos, y en una mayor probabilidad de depresión durante el embarazo y el puerperio.

"Las mujeres con este trastorno tienen una mayor probabilidad de tener una enfermedad depresiva subyacente, con una probabilidad del 40%, que es conveniente que se detecte durante la gestación y el puerperio", indica Bonán. "La psicoterapia tendría que focalizarse en ayudar a esas personas a afrontar los cambios en su cuerpo y en un apoyo al nuevo rol que va a asumir. Este abordaje se tendría que facilitar gracias a la comunicación abierta dado que las personas no comunican este problema de salud por miedo al estigma. Se debería poder ofrecer a la gestante un programa de seguimiento intensivo donde haya un consejo o asesoramiento nutricional", sentencia.

Fuente: 20minutos