Obligdos por la crecida, desde hace semanas los ganaderos con explotaciones en la isla apuraron el traslado de los animales ya que el agua del río no para de subir. Sin embargo, peligran miles de cabezas por falta de barcazas para el traslado.

La dramática situación que se vive principalmente en la provincia de Entre Ríos, se repite también en las riberas e islas del Paraná en las provincias de Corrientes, Santa Fe y Buenos Aires, en las que se practican la ganadería y la forestación.

Lo que encendió la alerta por la altura del río –crecida que no se registraba desde hacía nueve años– fue que el agua alcanzó a los propietarios de unas 500 mil cabezas que pastaban en las islas y que, finalmente, lograron ser evacuadas casi en su totalidad.

Tal es así, que los ganaderos que trabajan en las islas frente a Santa Fe debieron trasladar sus animales a tierra firme. A la vera de la ruta 168, cerca del acceso al Túnel Subfluvial, se pueden ver cercos hechos con boyeros electrificados por medio de paneles solares, donde pastan los animales en improvisados rodeos.

Pero por estos días, miles de cabezas peligran porque faltan barcazas como para completar el traslado de los animales. No poder sacar los animales de las islas es desesperante para los productores, ya que a medida que avanza el agua, se van muriendo los terneros y las vacas.

A raíz de la creciente del río Paraná y ante la dificultosa tarea de los productores para sacar la hacienda de la islas, el secretario de la Producción de Entre Ríos, Daniel Welschen, definió una emergencia agropecuaria en toda las zonas de islas. Medida convalidada por el gobierno nacional.

La crecida del río Paraná generó situaciones complicadas en los productores que desarrollan la actividad ganadera en la zona de islas. El traslado de la hacienda comenzó a provocar inconvenientes hace semanas, ya que el aumento del número de cabezas de ganado insular no tuvo el acompañamiento de los medios aptos para su transporte.

Por estas horas, no son pocos los animales que permanecen en las islas pero sus propietarios no pueden llegar con vehículos así que en algunos casos los rescatan con barcazas.

Antes de que sea declarada la emergencia agropecuaria ya en diciembre se les advirtió a los ganaderos la necesidad de sacar los animales que se encontraban en la isla, más que nada debido a que la cantidad de barcos que se disponía para el traslado no eran suficientes. Sin embargo, algunos desoyeron el consejo y actualmente están a contra reloj tratando de evacuar los animales.