El impacto de las nuevas tecnologías, la globalización de los servicios de salud y la participación cada vez más protagonista de los pacientes son algunos de los desafíos que enfrenta la medicina de hoy. Cómo formar a un médico para afrontarlos y salir victorioso fue el objetivo del Congreso, organizado por la Federación Panamericana de Asociaciones de Facultades y Escuelas de Medicina, realizado a finales de octubre último en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y en el Hospital Universitario Austral.

“Necesidades y demandas en Educación Médica y Salud” fue el título del encuentro, que logró convocar a 50 decanos de escuelas de medicina de todo el mundo (Perú, Argentina, Bolivia, Paraguay, Venezuela, Colombia, Costa Rica, España, Canadá y Dinamarca). “El objetivo es establecer la relación entre quienes formamos a los recursos humanos en Medicina y quienes demandan el servicio”, explicó el doctor Luis Ferreira, presidente del Congreso y decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UCES (Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales).

En este sentido, otro de los participantes, Raymundo Jiménez -decano de la facultad de Ciencias de la salud del Instituto tecnológico de Santo Domingo, República Dominicana-, opinó que la creciente informatización de los pacientes obliga a los profesionales a cambiar. “Es necesario trabajar en pos de la calidad y la excelencia, porque estamos, cada vez más, frente a un paciente activo que demanda más, que está más informado. Debemos enfatizar el profesionalismo y no descuidar la empatía entre médico y paciente”. El doctor Jiménez destacó cuatro características sine qua non de un médico del futuro: “Debe aprender por sí mismo y mantenerse actualizado, respetar las normas de la bioética y conservarse al día con las innovaciones tecnológicas”.

En cuanto a los desafíos de la medicina y de la educación médica de cara al futuro, varios de los concurrentes al Congreso coincidieron en señalar la deuda de investigación que existe: “Hacen falta más recursos para investigar. Es un pilar del desarrollo”, aclaró Jiménez. Resaltó que aquí, en la Argentina, la investigación es más prolífera que en otros países latinoamericanos.

Según otros especialistas, algunos “pendientes” de la gestión de la salud y de la educación se relacionan con la inversión y hacia dónde está dirigida. La doctora Rosa Céspedes trabaja en el Departamento de Educación Médica del gobierno de República Dominicana y afirmó que falta “inversión en la seguridad social, en el gasto de salud y de educación”. “En América Latina se dedica tan solo un 3% del PBI (Producto Bruto Interno) en salud”, subrayó. “Hay que invertir en atención primaria y en prevención; resulta más caro cuando no se invierte en estos pilares”, culminó.

Consultados acerca de uno de los principales problemas de la formación de nuevos médicos en el país como es la brecha entre la Universidad y los servicios asistenciales donde los médicos residentes deben culminar su formación, los especialistas coincidieron en que es “urgente” reforzar el vínculo entre ambas partes.

Observaron, además, la cuestión de la Argentina y de otros países en los cuales no abunda la oferta de recurso humano médico, como podría deducirse, sino que se encuentra concentrado en ciertas áreas y que se evidencia una falta de puestos en los servicios de salud.

Para adelantar la respuesta a una de las preguntas básicas del encuentro -¿Es posible coincidir en un modelo de educación de salud que sea universal?-, consultado el doctor Jiménez al respecto, opinó que no. “Hay cuestiones generales y básicas. Competencias que todos debemos dominar, pero a partir de allí cada universidad debe formar a los alumnos según la epidemiología y la realidad particular de cada país. Mientras que en los Estados Unidos no será necesario enfatizar en prevenir la desnutrición, sí será importante en otras regiones de América”.

Fuente: Hospital Universitario Austral