Miles de personas participaron en la basílica de Luján de una misa para pedir que se respeten "las dos vidas", en contra del proyecto para despenalizar el aborto.

"La vida es puro don de Dios, por eso es sagrada. Nosotros no somos sus dueños", dijo en la homilía el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, quien presidió la misa junto a otros prelados de Argentina, entre ellos el cardenal primado del país, Mario Poli.

Ojea, obispo de la diócesis de San Isidro, agradeció "a tantas madres que han sabido superar circunstancias muy complejas optando por cuidar y defender al niño que llevan consigo" y destacó el "coraje" y la "entrega" de las mujeres "por el compromiso corporal que tienen con la vida".

"Tenemos que asumir el compromiso social concreto que nos lleve a crear condiciones dignas para recibir la vida, acompañando muy cercanamente a aquellas hermanas nuestras que tienen embarazos en situaciones psíquicas y sociales sumamente vulnerables y frágiles", afirmó y agregó: “El aborto no es un derecho sino un drama".