En una cueva para esperar el fin del mundo. Unas 30 personas, entre ellas cuatro chicos pequeños, de una secta de Rusia se atrincheró en una cueva en la zona del Volga para esperar el fin del mundo que, creen, llegará en mayo del año próximo.
El grupo no sólo se autoencerró en un refugio que quedó bajo nieve sino que se niega tener contacto con el mundo y hasta amenaza con hacer estallar el lugar si ingresa la Policía.
Los integrantes de ese grupo fanático se presentan como la "Auténtica Iglesia Ortodoxa Rusa" y aseguran que este mundo es producto del diablo y que van a esperar la llegada del Anticristo y del Apocalipsis.
Las autoridades están preocupadas por el desenlace que pueda tener este episodio, especialmente por la situación de los menores. Según datos de la agencia de noticias Itar-Tass que reprodujo Clarín, la policía rodea el lugar y prohibió que la gente se acerque.
El líder de la secta, de 43 años, que no se encontraba en la cueva, fue derivado a un psiquiátrico. Los testigos dijeron que el hombre, académico y padre de un hijo de 18 años, tiene "grandes capacidades manipulatorias".
El hombre habría pedido a sus seguidores esperar bajo tierra el fin del mundo. De hecho, el lugar en donde están se encuentra cubierto por nieve y la temperatura no cesa de bajar.
De acuerdo con los medios rusos, la secta se encuentra desde octubre en la cueva con gas envasado, querosene y alimentos. Antes de recluirse en la cueva vivían en el pueblo de Poganovka, donde ya rechazaban toda técnica moderna y mantenían a los chicos recluidos.