Sigue encendida la polémica sobre el sexo de Caster Semenya, la atleta sudafricana que ganó el oro en los 800 metros del Mundial de Berlín y que fue sometida a una prueba de verificación de sexo, a raíz de una abrupta mejora en su rendimiento y, aunque nadie lo afirme, de su aspecto.

Este martes, la joven de 18 años llegó a Johannesburgo y fue recibida como una verdadera heroína por miles de sudafricanos, indignados por la “humillación a la que sometieron a nuestra niña”. En una conferencia de prensa, que presenció el presidente de la Nación, Jacob Zuma, el líder de la Federación Sudafricana de Atletismo, Leonard Chuene, remarcó que no se había puesto en cuestión en competiciones previas el sexo de la campeona.

Según Chuene, que recalcó que la atleta "es una chica", Semenya, de 18 años, que se encontraba junto a él en la rueda de prensa, se encuentra "traumatizada" por las informaciones que han difundido los medios "hostiles", tanto sudafricanos como internacionales.

La Federación Internacional de Atletismo confirmó que Semenya está sometida a unas pruebas de verificación de sexo, a raíz de que en los campeonatos africanos júnior, a finales de julio, rebajara de golpe su marca en siete segundos y se puso al frente de la lista mundial del año con 1:56.72.

El secretario general de la IAAF, Pierre Weiss, explicó la semana pasada que, aunque Semenya recibió su medalla de oro, podría ser desposeída de ella a la vista de los resultados de las pruebas de feminidad, que tardarán varias semanas en conocerse. El proceso exige una compleja evaluación en la que intervienen ginecólogos, endocrinólogos, psicólogos y expertos en medicina interna.

Por su parte, Winnie Mandela, diputada nacional del partido CNA, afirmó en la rueda de prensa que "no se debe permitir a nadie que haga pruebas de verificación de sexo a Semenya" y recalcó: "Pueden insultarla, pero es nuestra niña y nadie le va a hacer ninguna prueba".