Fue la noche de Martin Scorsese. Sí, pese a su extensa y exitosa filmografía tuvo que esperar hasta Los infiltrados para recibir un injustamente postergado Oscar. Cuatro premios se llevó su película, en una ceremonia que se convirtió, para él, en una noche de justicia: mejor film, mejor director, mejor edición y mejor guión adaptado.

Martin Scorsese, Forest Whitaker (mejor actor principal), Helen Mirren (mejor actriz protagónica) son los nombres que quedarán en el recuerdo de la 79ª edición de la entrega de los premios Oscar. Y también el de un argentino, Gustavo Santaolalla, que mientras grandes de la industria como Peter O´Toole se quedaban con las ganas por enésima vez, se llevó su segunda estatuilla.  

Cuando Scorsese subió por primera vez en su vida a recibir una estatuilla –sí, es increíble que no la haya ganado nunca antes, pese a que estuvo ocho veces nominado– como mejor director por Los infiltrados se produjo la mayor ovación de la noche. Fue más que significativo que el premio se lo entregaran Francis Ford Coppola, George Lucas y Steven Spielberg. Los cuatro son acaso el mediocampo más creativo que el seleccionado del cine puede presentar.

La sensación que había en la previa de que Los infiltrados podía ser la gran ganadora se acentuó cuando, poco antes de la cero hora argentina, recibió la estatuilla como mejor guión adaptado, a cargo de William Monahan. Y más todavía cuando casi dos horas más tarde Thelma Schoonmaker recibió el Oscar por la edición de la película que protagoniza Leonardo DiCaprio, que se quedó en las ganas en el rubro actor protagónico.

Helen Mirren se dio el gusto de llevarse el premio a mejor actriz por su labor en La reina, película en la que lo más destacado es justamente su actuación. Dejó en el camino, entre otras, a la española Penélope Cruz, nominada por Volver.

Forest Whitaker, un afroamericano que ya dio sobradas muestras de su talento, fue elegido mejor actor por El último rey de escocia.

"Para vos, viejo, para Argentina, para todos los latinos". Santaolalla no podía con su emoción cuando, por segundo año consecutivo, subió a recibir el Oscar en la categoría Mejor Música Original, por la película Babel. Y en el agradecimiento que pronunció en el teatro Kodack de Los Angeles, cuando en país ya había pasado la 1 de la mañana del lunes, estuvieron los afectos más cercanos y también la tierra en la que nació y en la que comenzó a hacer música como uno de los fundadores del rock nacional. Sí, de creador del mítico grupo Arco Iris al Oscar, Santaolalla, ahora el argentino con más estatuillas, es el mismo protagonista de una historia de película. El año pasado había ganado por la música de Secreto en la Montaña.

Si todo apuntaba para una gran noche de los hispanos de los Oscars, el inicio fue una señal en ese sentido. El primero de los premios que se entregó, a la Dirección de Arte, fue para la coproducción mexicana-española El laberinto del fauno. Eugenio Caballero y Pilar Revuelta subieron a subir la estatuilla y agradecieron al director de la película, Guillermo del Toro. También el segundo, por mejor maquillaje, fue para El laberinto... Pero además, cuando recibió la tercera estatuilla por mejor Dirección de fotografía –a cargo del mexicano Guillermo Navarro–, parecía que el film de Del Toro se iba a convertir en uno de los grandes ganadores de la noche. Sin embargo, la fiesta no fue completa: es que el premio que más deseaba el director mexicano no fue para él, ya que como mejor película en lengua extranjera ganó la alemana La vida de los otros.

Uno de los grandes protagonistas de la noche no proviene de la industria del cine sino de la política. Es que el ex vicepresidente norteamericano Al Gore también tuvo una estatuilla entre sus manos: la de mejor documental que ganó la película La verdad incómoda, basada en sus esfuerzos por crear conciencia sobre los peligros del calentamiento global. El film también ganó en la categoría mejor canción original.  

En tanto, por mejor guión original el ganador fue Michael Arndt por Pequeña Miss Sunshine.

El primero de los premios considerados importantes fue para Pequeña Miss Sunshine, una de las nominadas a mejor película. Como mejor actor secundario fue elegido Alan Arkin.

En tanto, como mejor actriz de reparto la ganadora fue Jennifer Hudson, por Soñadoras: Dreamgirls. Esta joven afroamericana tiene una particularidad: se hizo conocida al ganar American Idol, un reality show tipo Operación triunfo.

Como mejor película de animación ganó Happy feet, de George Miller, que agradeció a los "hombres vestidos de pingüinos" presentes.

En tanto, como mejor corto animado la ganadora fue The danish poet. Mientras, para mejor cortometraje, el ganador fue Wets Bank Story, de Ary Sandel, una comedia musical entre israelíes y palestinos que brega, claro, por la paz.

The Blood of Yngzhou District fue elegido mejor corto documental.

Piratas del caribe se quedó con la estatuilla en la categoría Efectos visuales.

Cartas desde Iwo Jima, una de las que competía en los rubros mejor película y mejor director (Clint Eastwood), ganó en uno de los rubros técnicos: mejor edición de sonido. Como mejor sonido, la ganadora fue Soñadoras: Dreamgirls.

En el rubro Diseño de vestuario, la ganadora fue Milena Canonero, por María Antonieta.

La ceremonia arrancó con una parodia protagonizada por algunos de los actores y directores de cine que aspiran a los Oscar arrancó  la 79ª edición de los prestigiosos premios de la Academia de cine de Hollywood.

La maestra de ceremonias en esta ocasión es Ellen DeGeneres, actriz y presentadora del programa de televisión, "The Ellen DeGeneres Show", en la cadena estadounidense NBC.

"Este es un gran año para los Oscar porque es el año más internacional, con un éxito de candidaturas para México", dijo DeGeneres, de 49 años y nacida en Nueva Orleans (Luisiana), en un abarrotado Teatro Kodak.