En cualquier otro club, de cualquier otro fútbol, de cualquier otro país, no hubiese causado sorpresa la presencia del presidente de la entidad en una de las prácticas del equipo. Pero tratándose de Newell’s, y tratándose de Eduardo López, vaya si es significativo el dato. Es más, desde su llegada a la presidencia del club del Parque, es la primera vez que el mandamás rojinegro dedica parte de su tiempo a observar un entrenamiento del plantel.

A minutos de comenzar el ensayo futbolístico, este miércoles por la tarde en el Coloso del Parque, emergió desde el sector de administración del club la figura de López, impecablemente vestido de traje negro y con llamativas gafas de sol. Con paso lento, el presidente subió hasta lo más alto de la platea baja que da la museo y se sentó cómodamente, resguardado del sol y junto a su hijo Sebastián.

Inmediatamente, los comentarios dentro y fuera del campo de juego empezaron a correr como reguero de pólvora. Hasta el propio Caruso Lombardi se sorprendió con la inédita concurrencia, al punto de decirle a Justo Villar: “¿Viste quién está en la platea? No sé si tengo que alegrarme o asustarme”, bromeó el DT como siempre.

López presenció los primeros 30 minutos del partido de prueba de los titulares ante los pibes de la 5ª división del club, al cabo de los cuales los primeros vencían por 3 a 0 con tantos de Da Silva y Salcedo en dos ocasiones. Al término de la primera etapa, el pope leproso dejó su ubicación en el estadio y se retiró luego a bordo de su automóvil.

La gran pregunta es qué fue lo que motivó a Eduardo López a llegarse hasta la práctica del primer equipo de la Lepra. ¿Habrá sido para ver de cerca la “cocina” de un conjunto que viene funcionando muy bien en el torneo?, lo que resultaría absolutamente entendible; ¿o su asistencia tendrá que ver con los rumores de un supuesto hartazgo del mandamás motivado por los mediáticos escándalos de Caruso con jugadores, técnicos y dirigentes de otras instituciones?