Tras 72 horas sin lluvias en la ciudad de Santa Fe, las aguas estancadas en los barrios del noreste, centro y sur descienden lentamente gracias a la intensa labor de las bombas extractoras que vienen funcionando a pleno desde que comenzó la inundación, informaron las autoridades. En la capital había 23 mil evacuados –repartidos en 140 centros– y en toda la provincia 30 mil, según estimaciones del gobierno santafesino.

Este lunes, el gobernador Jorge Obeid reconoció que hubo fallas en la asistencia a los damnificados en la ciudad de Santa Fe y desplazó al intendente Martín Balbarrey del mando de los operativos de desagüe, a la vez que estimó que en no más de cinco días el agua estará totalmente desagotada por el accionar de las bombas.

Los dichos del mandatario llegaron casi al mismo tiempo que Balbarrey considerara que el plan de contingencia funcionó muy bien porque está dedicado a salvar vidas y allí no se perdió ninguna.

Los damnificados de los barrios de la zona noroeste comenzaron lentamente el "operativo retorno" a sus hogares, luego de permanecer varios días en los centros de evacuados.

El más complicado seguía siendo el sector oeste, el más bajo, donde había casi un metro y medio de agua y mucha gente viviendo en los techos, por temor a abandonar sus casas.