En la comunidad china de Mosuo viven alrededor de 35 mil personas. Allí el poder está concentrado alrededor de las mujeres y los hombres sólo tienen la finalidad de fecundar.
Las mujeres viven con sus hijos, en tanto que los hombres lo hacen en la casa de su madre. En esta población la soltería es una norma porque el matrimonio no existe. Cada una de ellas tiene varios amantes, a los 13 años son consideradas mayores de edad y se le otorga “la llave” de una habitación.
En Mosuo a la poligamia es considerada como “matrimonios andantes” y cuando una integrante de la comunidad cuelga un gorro en el picaporte de su puerta, significa que está ocupada y que otro hombre no puede entrar.
Toda la actividad de la población pasa por las decisiones de las mujeres. Ellas son responsable de la crianza de sus hijos, de llevar adelante la familia y la economía. Son beneficiarias directas de las herencias y trabajan en la cosecha de sus tierras.
En esta sociedad matriarcal, los hombres no toman ninguna decisión en la vida cotidiana, son relegados y la principal finalidad es la de fecundar.
Una investigadora, Choo Waihong, que se dedicó durante años al estudio de las costumbres del pueblo de Mosuo, dijo el diario The Guardian que en la comunidad “no eres bien vista hasta que no te conviertes en madre. Los niños nacen fuera del matrimonio y aunque en China es algo inusual, para los Mosuo el matrimonio es un concepto inconcebible”, concluyó.



